MADRID, 9 Mar. (INFOSALUS) -
Hasta ahora estaba comprobado que el estrés es perjudicial para los espermatozoides y la calidad del semen, afectando a su concentración, apariencia y capacidad de fecundar un óvulo; sin embargo, poco más se sabe sobre los factores externos -más allá de los problemas médicos- relacionados con los hábitos de vida que pueden afectar a su capacidad de fecundar.
Esta semana se ha publicado un estudio realizado por investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés) y la Universidad de Stanford en Stanford, California (EEUU), que arroja algo de luz sobre los condicionates diarios que pueden reducir la calidad del semen.
Así, según desgrana la investigación, tener un trabajo que es físicamente exigente, sufrir de presión arterial alta y tomar varios medicamentos son algunos riesgos a la salud que pueden poner en peligro la fertilidad de un hombre.
El estudio es el primero en examinar la relación entre el esfuerzo que se realiza en el trabajo, la salud y la calidad del semen en los hombres que están tratando de concebir. Los resultados fueron publicados en la revista en línea sobre la fertilidad y la esterilidad, 'Fertility and Sterility'.
"Casi el 15 por ciento de las parejas en los Estados Unidos no logran concebir en el primer año de intentarlo", ha señalado la doctora Germaine Buck Louis, autora principal del estudio y directora de la División de Investigación Intramuros de la Salud de la Población del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver de los NIH.
"La infertilidad masculina juega un papel importante, y nuestro objetivo es explorar la influencia de los factores ambientales y su estado de salud en la calidad del semen", ha añadido.
La calidad del semen es una medida de la capacidad del hombre para lograr el embarazo y se basa en el número, la forma y la capacidad de movimiento de los espermatozoides, así como otros factores.
Los investigadores siguieron a más de 500 parejas en Texas y Michigan durante un período de un año, las cuales habían dejado de usar anticonceptivos. Todos los participantes masculinos tuvieron entrevistas preliminares en las que se les preguntó sobre su historia reproductiva, salud, estilo de vida y actividad profesional. La mayoría de los hombres dieron una muestra de semen para su análisis.
PRIMERA INVESTIGACIÓN SOBRE ESTE TEMA
El grupo final del estudio fue de 456 hombres con una edad media de 31,8 años. La mayoría eran blancos (el 77%) y tenían educación universitaria (el 91%). Más de la mitad nunca habían concebido. Los investigadores encontraron que el 13 por ciento de los hombres que reportaron actividad pesada en el trabajo tenían un bajo conteo de espermatozoides, comparado con el 6 por ciento de los hombres que reportaron no hacer ningún esfuerzo laboral. En contraste, ninguna otra exposición relacionada con el trabajo, tales como el calor, el ruido o permanecer sentado por mucho tiempo, parecía influir en la calidad del semen.
Los investigadores encontraron que de los hombres que reportaron haber recibido un diagnóstico médico de presión arterial alta, diabetes o colesterol alto, sólo aquellos con presión arterial alta tenían un porcentaje menor de espermatozoides de forma normal, en comparación con los hombres que informaron no tener presión arterial alta.
"A medida que los hombres tienen hijos más tarde en la vida, es necesario realizar más investigaciones sobre la importancia de las enfermedades que alguna vez se pensó que no tenían impacto sobre la fertilidad", dijo el doctor Michael L. Eisenberg, investigador principal del estudio y director de medicina y cirugía reproductiva masculina en la Universidad de Stanford en Palo Alto, California.
"Las investigaciones futuras necesitan examinar si es la presión arterial alta en sí o el tratamiento lo que está resultando en estas tendencias", ha afirmado.
De forma relacionada, los investigadores observaron que mientras más medicamentos tomaban, mayor era su riesgo de un conteo bajo de espermatozoides. Por ejemplo, el 7 por ciento de los hombres que no tomaron medicamentos tenía el número de espermatozoides por debajo de 39 millones (un conteo normal de espermatozoides está entre 40 millones y 300 millones). De los hombres que reportaron tomar dos o más medicamentos, el 15 por ciento tenía el número de espermatozoides por debajo de 39 millones.
"La buena noticia es que si se confirma que tienen efectos negativos en la fertilidad masculina, potencialmente estos factores se podrían modificar a través de la atención médica o un cambio en los comportamientos relacionados con el trabajo", ha explicado la doctora Buck Louis de los NIH. "Esperamos que se realicen más investigaciones en esta área", concluye.