MADRID, 21 Nov. (EUROPA PRESS) -
Dos de cada tres otitis se producen como consecuencia del frío del otoño y el invierno, según los especialistas del Grupo Empresarial Audiológico. El causante directo de esta dolencia no es en sí la baja temperatura, sino las infecciones virales propias de este tiempo.
Los virus hacen acto de presencia de forma más constante en la última parte del año, provocando un exceso de mucosidad que puede infectarse con el germen que causa y provoca la otitis. El exceso de mucosidad en el oído derivado de este proceso y su infección provoca la otitis media que, dependiendo de su gravedad puede ser otitis media aguda u otitis media crónica.
En el caso de la otitis media aguda los principales síntomas tienen que ver con el dolor agudo e intenso que provoca y que puede ir asociado también a una ligera pérdida de audición. El principal remedio suele ser la prescripción de antibióticos que eliminen el germen causante de dicha infección.
Sin embargo la otitis media crónica es algo más grave, puesto que puede dejar secuelas en forma de perforaciones timpánicas con supuraciones habituales y que sólo puede combatirse mediante cirugía. La duración del cuadro clínico oscila entre los tres días y las dos semanas.
Las infecciones víricas que aparecen en estos meses no sólo tienen en el oído un daño colateral, el nervio vestibular puede ser otro de los afectados, ya que su inflamación puede causar vértigos, náuseas y afectar al equilibrio puesto que afecta a la función del lado correspondiente.
¿CÓMO CALMAR EL DOLOR DE OTITIS?
Si el oído no presenta herida ni perforación timpánica, el aceite puede proporcionar calor de manera natural. La preferencia de los especialistas es que sea el calor seco el que ayude a remitir el malestar, por ejemplo con unos tapones de algodón, unas orejeras o un gorro de lana, que ayudan a mantener la zona con una temperatura cálida.
En el caso del exceso de cerumen lo mejor es retirar los excesos del proceso vírico que se encuentren en el exterior y no en la zona interna. Se debe evitar a toda costa introducir bastoncillos o cuerpos extraños que empeoren la situación.
En último caso, con el fin de reducir la presión del tímpano provocada por la supuración, el especialista puede optar por un pequeño corte, aunque no es la opción más utilizada. En cualquier caso, ante el empeoramiento del dolor o de la situación es conveniente visitar al médico en urgencias de hospitales o centros de salud.