MADRID 25 Feb. (EUROPA PRESS) -
Cada minuto sin actuar, tras la parada cardiaca, reduce un 10 por ciento las posibilidades de supervivencia, según alerta la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que advierte de la importancia de intervenir de manera "rápida y eficaz", siguiendo el protocolo marcado por las guías de práctica clínica de reanimación cardiopulmonar.
Según subrayan los expertos, durante el primer minuto transcurrido tras el evento cardiaco, las posibilidades de supervivencia si se comienza una reanimación básica, sin esperar al personal especializado, son del 70 por ciento.
"Sin embargo", afirman, "esta probabilidad va reduciéndose, cada minuto que pasa, sin realizar compresiones torácicas, debido a la falta de oxígeno a la que se ve expuesto el cerebro durante el tiempo que dura la parada cardiaca".
Del mismo modo, el riesgo de lesión cerebral también aumenta un 10 por ciento cada minuto transcurrido tras este episodio, pudiendo padecer el paciente hemiplejia, déficit de memoria, de habla o de movilidad de manera temporal o incluso irreversible.
Según destacan, resulta "imprescindible" confirmar la inconsciencia y la falta de respiración, aunque puede persistir una respiración suave e irregular durante el primer minuto. La causa mas frecuente de pérdida de conciencia es una lipotimia, que es benigna, transitoria y no precisa reanimación, así que conviene detectar bien los síntomas.
Después, ante la sospecha de una parada cardiaca, se deberá llamar al teléfono de emergencias 112, dando un mensaje "claro y sin demoras", alertando del estado de inconsciencia y de la falta de respiración del individuo e informando de la presencia o ausencia de dolor torácico y de los antecedentes de enfermedad cardiaca, en caso de que los hubiera.
Lo antes posible, se procederá a la realización de cien compresiones torácicas por minuto, obviando, en un principio, las ventilaciones (boca a boca), al menos hasta que llegue personal experto.
ACTUALMENTE, SÓLO EL 5% QUEDA SIN SECUELAS
Según señala la SEC, el 20 por ciento de las personas que sufren una parada cardiaca, no sólo pueden sobrevivir, sino que pueden quedar sin secuelas si el familiar, amigo o persona que visualiza el episodio, realiza una reanimación básica de forma precoz y sin esperar al personal especializado. En la actualidad, menos de un 5 por ciento lo logra.
"Es por ello que resulta imprescindible la formación continuada, tanto a los especialistas de la sanidad como al público general, en especial a los familiares de los cardiópatas o al personal que trabaja en lugares muy transitados como colegios, estadios deportivos o centros comerciales, donde, además, deberían haber desfibriladores", concluye.