Uno de cada cuatro niños tiene sobrepeso en Europa pero el 66% de los padres lo subestima

El 42 por ciento de menores usa pantallas dos o más horas diarias

Archivo - Niño con sobrepeso comiendo patatas fritas.
Archivo - Niño con sobrepeso comiendo patatas fritas. - KWANCHAICHAIUDOM/ISTOCK - Archivo
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Publicado: martes, 4 noviembre 2025 19:00

MADRID, 4 Nov. (EUROPA PRESS) -

Uno de cada cuatro niños de siete a nueve años en Europa tiene sobrepeso y el 11 por ciento padece obesidad, pero los padres tienden a subestimar el problema, pues el 66 por ciento de progenitores de menores con sobrepeso consideran que su hijo tiene un peso bajo o normal, según revela un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El sexto estudio de la Iniciativa Europea de Vigilancia de la Obesidad Infantil (COSI, por sus siglas en inglés) ha recopilado datos de unos 470.000 niños de entre seis y nueve años de edad procedentes de 37 países de la Región Europea de la OMS entre 2022 y 2024, así como datos adicionales sobre la situación familiar y comportamientos relacionados con la salud de más de 150.000 de estos niños.

El informe muestra una tendencia general hacia la estabilidad en las cifras de obesidad y sobrepeso infantil, con diferencias entre niños y niñas que apuntan a una mayor prevalencia de sobrepeso (27%) y obesidad (13%) entre los chicos que entre las chicas (23% y 9%, respectivamente).

Al comparar entre países, se observa que persisten grandes diferencias, con una prevalencia de sobrepeso que oscila entre el nueve y el 42 por ciento, y una prevalencia de obesidad que oscila entre el tres y el 20 por ciento, dándose las mayores cifras de ambas condiciones en países del sur de Europa. Además, cuatro países (Bulgaria, Malta, Eslovenia y Suecia) muestran un aumento del sobrepeso infnatil, mientras que en otros cuatro (Grecia, Israel, Italia y España) esta disminuyó.

Uno de los hallazgos más preocupantes del informe es la significativa brecha entre la realidad y la percepción que tienen los padres, de tal forma que en todos los países más de la mitad de los padres de niños con sobrepeso subestimaron la condición de sus hijos. Por ello, el informe aboga por implementar medidas de educación y sensibilización continuas que ayuden a involucrar a los padres en la prevención y el tratamiento de la obesidad infantil.

Por primera vez, el informe COSI incluye información sobre la prevalencia de la delgadez, sobre la que advierte también afecta al desarrollo, salud y bienestar infantil. Los niveles de delgadez fueron relativamente bajos, con una prevalencia general del tres por ciento, pero más altos en algunos países de Europa del Este y Asia Central.

La mayor prevalencia se encontró en Rumania (7%), Uzbekistán y Macedonia del Norte (ambos con un 5%), seguidos de Azerbaiyán, la ciudad de Almaty en Kazajistán, la República de Moldavia y Polonia (todos con un 4%). Estos países también presentan niveles de prevalencia de obesidad que oscilan entre el 3% y el 15%, y por lo tanto se enfrentan a la doble carga de la malnutrición, donde la desnutrición coexiste con el sobrepeso y la obesidad.

EL 42% USA PANTALLAS DOS O MÁS HORAS DIARIAS

El informe también recoge información sobre el seguimiento de hábitos saludables por parte de los menores en lo que se refiere a alimentación, práctica de ejercicio físico y uso de pantallas.

Según apunta, el 42 por ciento de niños de seis a nueve años pasan al menos dos horas al día viendo la televisión o usando dispositivos electrónicos entre semana, un porcentaje que aumenta el 78 por ciento los fines de semana y que es mayor entre los niños que entre las niñas (45% y 41%, respectivamente), así como entre aquellos hijos de padres con un nivel educativo bajo o medio.

De este modo, el informe hace hincapié en el sedentarismo de los menores europeos, aunque indica que más de la mitad (53%) de los niños van al colegio a pie, en bicicleta o patinando, en comparación con el 40 por ciento que lo hace en vehículo motorizado. Asimismo, casi todos los niños juegan de forma activa o vigorosa durante al menos una hora al día a lo largo de la semana; en general, el 94 por ciento lo hace entre semana y el 97 por ciento los fines de semana.

En lo relativo a hábitos de alimentación, destaca que el 75 por ciento de los menores desayuna todos los días, mientras que un cuarto no lo hace a diario. Aunque los niveles son similares entre niños y niñas sí que varían entre países, oscilando entre el 27 y el 93 por ciento. Menos de la mitad (46%) de los niños consumían fruta fresca a diario y menos de un tercio (32%) consumían verduras al menos una vez al día.

Mientras que solo el cinco por ciento de niños consume las cinco raciones diarias de fruta y verdura recomendadas por la OMS, el 16 por ciento de menores consume aperitivos salados más de tres días a la semana, el 41 por ciento come dulces más de tres días a la semana y el 29 por ciento bebe refrescos azucarados más de tres días a la semana.

Respecto a hábitos de sueño, la gran mayoría (89%) de los niños dormían al menos nueve horas por noche, mientras que el porcentaje de niños que dormían al menos 10 horas por noche era menor (47%).

CUATRO RECOMENDACIONES

"Los datos de la Ronda 6 del COSI sugieren que, si bien la prevalencia puede estar estabilizándose en algunos países, el sobrepeso y la obesidad infantil siguen siendo alarmantemente altos y continúan amenazando la salud de las generaciones actuales y futuras", ha señalado el asesor regional de Nutrición, Actividad Física y Obesidad de la OMS para Europa, Kremlin Wickramasinghe.

Teniendo en cuenta que el sobrepeso y la obesidad son factores de riesgo para enfermedades no transmisibles (ENT) como diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares y otras, la OMS ha instado a los países a implantar cuatro medidas políticas que ayudarían a atajar el problema.

En concreto, ha instado a establecer políticas fiscales, como impuestos, sobre las bebidas azucaradas y los alimentos con alto contenido de azúcar, sal y grasas trans; restricciones a la comercialización de alimentos y bebidas poco saludables, especialmente aquellos dirigidos a los niños; un etiquetado claro de los alimentos y mejores estándares nutricionales para las comidas escolares; y políticas que promuevan la actividad física y la movilidad activa.

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