MADRID 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
El 26 por ciento de la población de más de 65 años tiene problemas de nutrición relacionados con los cambios de composición corporal a partir de esta edad y la adaptación de su dieta, según destacó el catedrático de Nutrición de la Universidad CEU San Pablo, Gregorio Valera, en el marco de unas conferencias organizadas por el Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud, la Real Academia de Farmacia y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid.
En este sentido, el doctor Valera afirmó que los mayores de 65 años "deben llevar una adaptación concreta de la dieta para evitar tanto la obesidad como el riesgo de malnutrición". De hecho, advirtió de la importancia de la buena alimentación y el ejercicio físico en relación a los retos a los que se enfrentan los ancianos, tales como problemas de masticación, pérdida de gusto y olfato o aumento del umbral de la sensación de sed.
De hecho, según el jefe del Servicio de Geriatría del Hospital Clínico Universitario San Carlos de Madrid, José Manuel Rivera, expuso que "la vejez nunca la define la edad, sino que se pone de manifiesto por la pérdida de los mecanismos de reserva y el aumento de la vulnerabilidad de la propia fisionomía humana".
Para corregir estos posibles desajustes, el profesor Alfonso Perote, miembro del Instituto Tomás Pascual, destacó el importante papel que juegan los farmacéuticos y sus indicaciones sobre alimentación, de ahí que su "alto valor de prescripción" haga "imprescindible completar su formación en estas cuestiones".
Según estos expertos, el aumento de la esperanza de vida obliga a mantener una especial atención sobre el papel de los fármacos en las personas mayores, pues los efectos del envejecimiento también pueden alterar la respuesta a las medicaciones.