MADRID 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
Uno de cada cuatro casos de legionelosis que se registran son de origen nosocomial, es decir, se adquieren en los centros hospitalarios, según afirmaron los expertos que participan en el XXVII Seminario de Ingeniería Hospitalaria, que se acaba de celebrar en Santiago de Compostela.
Asimismo, indicaron que la mortalidad atribuible es de aproximadamente el 20 por ciento, aunque puede ser mayor según las enfermedades de base del paciente, lo que hace que en el ámbito hospitalario sea especialmente conveniente la aplicación de medidas de protección complementarias para los pacientes con mayor riesgo, personas muy jóvenes o de edad muy avanzada, con insuficiencia renal, diabetes, cáncer, EPOC, y personas sometidas a tratamientos inmunosupresores como la quimioterapia o los corticosteroides, ya que tienen un mayor riesgo de contraer la infección.
El doctor en Ingeniería Civil y Licenciado en Ciencias Ambientales Orbaneja señaló que "cuando la bacteria se encuentra en las conducciones de agua hospitalaria hay un problema realmente grave, pues afecta a personas con su sistema inmune deprimido".
Según explicaron los expertos, la legionelosis o enfermedad del legionario es una enfermedad bacteriana de origen ambiental que puede adquirirse tanto en el ámbito comunitario como en el hospitalario, en cuyo caso se denomina "nosocomial". La de ámbito comunitario está asociada a las instalaciones de aire acondicionado y torres de refrigeración; la nosocomial, por su parte, surge porque la bacteria se puede encontrar en los sistemas de agua caliente sanitaria, agua fría de consumo humano (duchas y grifos de agua para ingesta y para lavado de material) y los equipos de enfriamiento evaporativos.
Las leyes españolas contemplan la aplicación de distintas medidas para evitar el contagio por legionella, tanto en ambientes comunitarios como hospitalarios que, de ser aplicadas con rigurosidad, conseguirían evitar el elevado número de contagios que todavía se registran en el país.
La filtración bacteriana se señala como método de tratamiento de las instalaciones hospitalarias, garantizando la protección de estos pacientes cuando es aplicada de forma permanente en punto final (grifo o ducha). La eficacia de estas medidas pasa por un correcto dimensionamiento y elección del medio filtrante en base a estándares internacionales, de forma que el proceso de filtración constituya una mejora en la calidad del agua.