MADRID 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
Cada año fallecen en España más de 100 deportistas por muerte súbita cardiaca, según ha informado el director médico del Hospital Clínico de Barcelona, José Brugada, durante el ciclo de conferencias 'Medicina y Deporte', organizado por la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), con la colaboración de 'Powerade ION4', una marca de Coca-Cola España.
De hecho, en España cada año unas 30.000 personas pueden sufrir un episodio de muerte súbita, siendo la práctica deportiva intensa un factor que incrementa sensiblemente el riesgo de sufrirla. Se trata de un episodio que se produce debido a una arritmia cardiaca, llamada fibrilación ventricular, que hace que el corazón pierda su capacidad de contraerse de forma organizada, por lo que deja de latir.
La víctima de muerte súbita pierde en primer lugar el pulso, y en pocos segundos, pierde también el conocimiento y la capacidad de respirar. "El perfil de paciente que vemos con más frecuencia tiene más de 45 años, no practica deporte con asiduidad, fuma o ha fumado y presenta otras comorbilidades como hipertensión e hipercolesterolemia, a lo que se añade que no está en forma y decide empezar a hacer deporte de forma descontrolada, exigiendo a su corazón un esfuerzo enorme para el que no está preparado, por lo que el corazón puede responder con un infarto de miocardio", ha explicado el experto, académico correspondiente honorario de la RANM.
Ahora bien, a pesar de que el deporte a cualquier edad es beneficioso para prevenir muchas enfermedades y produce una serie de cambios positivos en el organismo, es necesario que los deportistas, tanto federados como aficionados, se sometan asiduamente a reconocimientos médicos específicos si van a practicar deporte intenso.
"Realizar un examen médico algo más exhaustivo de forma anual es fundamental para saber si nuestro corazón está en perfecto estado para la práctica deportiva y descubrir anomalías, que puedan desembocar más tarde en una muerte súbita cardiaca", ha apostillado.
Dicho esto, el especialista ha informado de que la "inmensa mayoría" de los pacientes que sufren una muerte súbita padecen un problema cardiaco no detectado o algún tipo de alteración genética que les ha provocado una muerte súbita eléctrica. En estos pacientes, ha proseguido, la exploración del corazón no muestra que haya alteración estructural en el mismo, aunque presentan una alteración genética que hace que el sistema eléctrico de su corazón esté alterado.
"En estos casos es importante realizar un estudio genético para desvelar posibles cardiopatías congénitas y detectar si hay otros familiares que hayan sufrido o puedan sufrir el mismo episodio", ha detallado, para asegurar que "en los últimos años se han identificado varias de las distintas enfermedades cardiovasculares que con mayor frecuencia son responsables de la muerte súbita de deportistas bien entrenados o de individuos jóvenes aparentemente sanos".
LOS QUE NO TIENEN TRATAMIENTO FALLECEN HASTA EN EL 95% DE LAS OCASIONES
En concreto, las personas que sufren una muerte súbita sin tratamiento inmediato fallecen en el 90 por ciento o 95 por ciento de las ocasiones. Según ha apuntado el doctor Brugada, sólo hay un tratamiento efectivo para frenar la muerte súbita cardiaca y es la desfibrilación precoz.
Este procedimiento, que consiste en realizar una descarga eléctrica en el corazón, a través de unas palas o parches, con las que se pretende reiniciar la actividad eléctrica del corazón, puede salvar "muchas vidas", ya que su empleo aumenta las probabilidades de que un paciente se recupere de un episodio de muerte súbita.
"Aunque el abordaje cultural y legislativo es muy diferente en cada país, las instituciones competentes deberían establecer la normativa necesaria para llevar a cabo una resucitación cardiopulmonar rápida y eficaz. Esto supondría la difusión entre la población general de las maniobras de resucitación cardiopulmonar básica y la instalación de desfibriladores semiautomáticos en todos los lugares donde se concentran las actividades deportivas", ha zanjado.