Afecta sobre todo a primerizas, embarazos múltiples y mayores de 35
MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una de cada 10 mujeres padece hipertensión durante su embarazo, por lo que se recomienda controlar la presión arterial y realizar análisis de orina para la detección precoz de posibles problemas, según la vicepresidenta de la Sociedad Española de Hipertensión Arterial-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA), la doctora Carmen Suárez.
"La hipertensión no suele producir ningún síntoma evidente. Por ello, es imprescindible seguir en cada visita un adecuado seguimiento de la presión arterial y realizar un análisis de orina que nos permita detectar precozmente la aparición de problemas", indicó.
La hipertensión afecta sobre todo a las embarazadas a partir de los 35 años, en primerizas, embarazos múltiples, y en mujeres con problemas de obesidad y diabetes. Se caracteriza por niveles de presión arterial iguales o superiores a 140/90 mmHg, aunque algunas mujeres presentan proteinuria (pérdida de proteínas en la orina) e hinchazón en manos, pies y cara, lo que empeora el pronóstico.
Existen distintos tipos de hipertensión en el embarazo, entre ellas la hipertensión gestacional, que afecta a cerca del 6 por ciento de las embarazadas pero que, por lo general, no implica riesgos para la madre y el feto y que aparece en la segunda mitad del embarazo y se normaliza transcurridos los 10 días de dar a luz.
En otras ocasiones, se trata de una hipertensión previa al embarazo, que persiste durante el mismo y en estos casos, la hipertensión seguirá estando presente tras el embarazo. Otro tipo de hipertensión, más grave, se da cuando se acompaña de pérdida de proteínas en la orina, hinchazón y a veces convulsiones. A estos cuadros se le denomina preeclampsia y eclampsia.
RIESGO DE MUERTE POR CONVULSIONES
Los riesgos que tiene la hipertensión para la madre y el bebé dependerán del tipo de hipertensión y de su severidad. "La inmensa mayoría de los cuadros de hipertensión en el embarazo, si reciben la asistencia adecuada, no condicionan secuelas", indicó la experta, puntualizando que, "aunque en un número reducido, los casos más severos se asocian con riesgo de muerte por cuadro de convulsiones, coma, insuficiencia hepática, renal y trastorno de la coagulación".
Las secuelas para el bebé varían desde retraso en el crecimiento --con tendencia al bajo peso al nacer-- hasta la aparición de eventos graves, como el desprendimiento placentario, el sufrimiento fetal o el parto prematuro antes de las 37 semanas. "En algunos casos, la finalización del embarazo, adelantando el parto, es la única forma de solucionar el problema y de evitar complicaciones", aseveró.
El tratamiento de la hipertensión durante la gestión exige por parte de la paciente, seguir una serie de recomendaciones generales, como mantener una actividad moderada y aumentar el reposo.
"Descansar un número de horas mínimas diarias, incluida la siesta, ayuda a mejorar la hinchazón al disminuir la retención de líquido. La postura durante el descanso, cuando el embarazo ya está avanzado, es importante. Es recomendable acostarse sobre el lazo izquierdo, porque tanto boca arriba como sobre el lado derecho el útero comprime la vena cava y dificulta la buena circulación de la sangre", explicó.
En cuanto a la alimentación, los expertos aconsejan llevar una dieta variada rica en frutas y verduras. La sal de la dieta, a diferencia de la pauta a seguir en el resto de hipertensos, no tiene por qué ser restringida. "Sólo se limita su uso en las gestantes hipertensas conocidas que ya respondieron a la reducción de sal en la dieta previamente, o en casos de insuficiencia renal o cardíaca", puntualizó.
Otro de los aspectos que más preocupan a las futuras mamás es la lactancia y los posibles riesgos para su bebé. En este sentido, la doctora Suárez recordó que existen "fármacos seguros para el bebe, que permiten tratar la hipertensión a las madres durante la lactancia". "Este aspecto, como muchos otros, debe estar vigilado por el médico", concluyó.