MADRID 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
Con la llegada de las vacaciones la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC) recuerda que gran parte de los casos de melanoma (un cáncer de piel ligado a la exposición solar excesiva o inadecuada) se producen en verano ya que muchos ciudadanos buscan en esta época estival un bronceado perfecto de su piel como sinónimo de salud, belleza y estatus social. Esto propicia que asuman "inadecuadas estrategias en su exposición al sol que, precisamente, acaban jugando en contra de su salud".
Los farmacéuticos ofrecen sus consejos para la correcta protección solar con los que frenar el aumento del cáncer de piel en nuestro país y recuerdan que los casos de melanoma aumentan en España en torno al 7% anual.
La SEFAC recomienda empezar "desterrando los falsos mitos" existentes en el campo del bronceado y la fotoprotección. Así, recuerdan que el bronceado no es un síntoma de salud, sino una reacción defensiva de la piel ante la agresión de la radiación solar.
"Aquellos que deseen tomar el sol con la finalidad de broncear su piel, deben hacerlo de forma progresiva y aplicándose protectores desde el primer día hasta el último", explican desde SEFAC. Otro de los principales errores es creer que una mayor exposición al sol durante los primeros días y sin protección acelera el proceso de bronceado.
También es erróneo considerar que los autobronceadores protegen del sol y que no hace falta protegerse al estar debajo de una sombrilla o en el agua, ya que, en este caso, el agua produce un efecto lupa que aumenta la radicación recibida por la piel.
Los farmacéuticos recuerdan que el momento y la forma de exposición al sol se revela "fundamental para evitar problemas de salud". Hay que evitar las radiaciones solares en las horas centrales del día (de 12 a 16 horas) y no recibirlas tumbado o sentado, optando por tomar el sol en movimiento. En todos estos casos, la protección física de determinadas partes del cuerpo con objetos tales como gorros, gafas homologadas y camisetas actuará de barrera para las radiaciones.
En determinados colectivos, las anteriores recomendaciones deben complementarse con más precauciones. Ancianos, niños o embarazadas deben evitar en todo lo posible la exposición al sol. La especial sensibilidad de su piel obliga a la aplicación de cremas protectoras incluso en aquellas zonas del cuerpo que vayan protegidas por ropa.
Por norma general, estos productos deben aplicarse 30 minutos antes de la exposición, de forma abundante (repitiendo la aplicación cada dos horas) y no conviene utilizarlos de un año para otro. Además de consultar al farmacéutico sobre el producto adecuado, también es importante que conozca los medicamentos que esté tomando el paciente, ya que algunos de ellos pueden producir fotosensibilidad y hacerle más vulnerable a las radiaciones.