MADRID, 16 Mar. (EDIZIONES) -
Nuestro país se encuentra a la cabeza mundial en la toma de ansiolíticos e hipnóticos y solo un 38% de españoles afirma que es feliz. ¿Por qué? ¿Somos los únicos que reconocemos que podemos tener días difíciles? ¿Cómo actuar en estas situaciones?
Charlamos en Infosalus con la psicóloga Gema Sánchez Cuevas quien afirma que lo que realmente podemos sentir en un día difícil depende de cada persona, pero hay una serie de emociones y de sentimientos comunes como la tristeza, la desesperanza, la desilusión, la frustración o incluso la angustia y en un lado más extremo el vacío; siendo lo común de todo ello el sufrimiento.
Aquí destaca la tendencia a evitar el sufrimiento que domina a nuestra sociedad y que tanto daño nos hace, y la confusión que hay entre el placer y la felicidad. "Todo está bastante unido. El sufrimiento es inherente a nuestra vida. Está ahí y en muchas ocasiones lo experimentaremos. Y aunque, evidentemente, no sea algo que nos guste, es necesario transitar por ello, no huir de él como nos invita la sociedad en este momento a través del placer", afirma.
A su juicio, la huida nunca será el camino para estar mejor, pues todos tenemos heridas, conflictos y problemas, si los evitamos e ignoramos, aunque a corto plazo parece que desaparecen, estos se enquistan y nos pesan a largo plazo: "El sufrimiento puede ser un punto de inflexión en nuestra vida, ya que remueve desde creencias hasta el significado de nuestra vida".
Así, reconoce Sánchez Cuevas que las situaciones que más nos cuestan suelen ser la pérdida de un ser querido (tanto por el fallecimiento como por una ruptura), las experiencias de rechazo o no sentirnos aceptados por los demás, la enfermedad, las situaciones de maltrato y de acoso, el sentirnos inferiores y exponernos ante los demás (ya sea para hablar en público o dar una opinión). Luego hay otras como el miedo o la preocupación que pueden volverse muy complejas si dominan nuestra vida", recalca.
SENTIRNOS INFERIORES: CÓMO AFRONTARLO
A la hora de afrontar situaciones en las que nos sentimos inferiores esta psicóloga anima en primer lugar a aceptar que tenemos este sentimiento y que en muchos casos domina nuestra vida y nuestras relaciones. "Que nos sentimos inferiores y que nos comparamos con otras personas de manera continua", indica.
Para afrontarlo, además de aceptarlo, ve importante reflexionar sobre cuánto de lo que nos contamos es verdad: "Realmente recurrimos a las comparaciones y el resultado de estas suele ser ese sentimiento de que no somos válidos pero, ¿este método nos asegura que la conclusión que saquemos es verdad? La respuesta es no. No porque comparamos personas distintas con historias distintas y características distintas".
Por eso insiste en la importancia de reflexionar sobre esta estrategia errónea que, según recalca esta profesional, solo nos lleva a una "espiral infinita en la que el pensamiento dominante es la inferioridad y la desvalorización". Para ayudarnos sugiere que podemos recurrir a la siguiente pregunta: ¿Qué criterios utilizamos para compararnos? ¿El dinero? ¿La belleza? ¿Las posesiones?
"La respuesta nos dirá a qué damos importancia y luego nos toca indagar algo más: ¿Eso es importante verdaderamente para nosotros o para los demás? Quizás para nuestro padre, para nuestra madre, para nuestro amigo o nuestra pareja. ¿Qué vara de medir estamos utilizando?", advierte Sánchez Cuevas, quien precisamente ha publicado con Grijalbo 'Ahora es tu momento. Claves para sanar y ser feliz', donde trata estos asuntos.
A VECES ES MEJOR TENER PAZ QUE LA RAZÓN
Otro aspecto que influye en nuestra felicidad es el conformismo, el evitar llegados a un punto enfrentarnos ante determinadas situaciones que, posiblemente, no merezcan la pena. Así, esta psicóloga aconseja en muchas ocasiones que es mejor contar con paz, estar en paz, que intentar tener a toda costa con la razón.
"El hecho de querer tener la razón crea muchas distancias y a menudo se han roto muchas relaciones o se han creado conflictos simplemente por ello, por creernos poseedores de la verdad, e intentar convencer al otro de lo que pensamos o incluso etiquetarlo como equivocado", argumenta.
En ocasiones, hay mucho egocentrismo en ello y mucho orgullo, dos obstáculos para crear vínculos fuertes y seguros, en su opinión. De ahí que lance la pregunta de para qué necesitamos que los demás estén siempre de acuerdo con nosotros. Gema Sánchez Cuevas ha publicado 'Ahora es tu momento. Claves para sanar y ser feliz' (Grijalbo), donde trata estos asuntos.