MURCIA/MADRID 3 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las fiestas navideñas suelen caracterizarse por momentos de alegría, rodeados de amigos y familiares con los que compartir comidas, fiestas y regalos. Pero también florecen momentos de tristeza cuando nos acordamos de aquellos seres queridos que han fallecido o están ausentes por cualquier circunstancia.
Para sobrellevar su pérdida, y dejar a un lado el recuerdo triste, el psicólogo clínico y profesor de Psicopatología de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), Eladio Rosique Meseguer, aconseja rescatar el amor y las experiencias compartidas. E incluso brindar en su honor.
"Probablemente todos consideren que para sobrellevar el dolor hay que actuar como si no hubiese pasado nada, pero eso no funciona", advierte Rosique, quien subraya que recordar algo bonito "nos puede hacer llorar pero es una forma de hacer presente a quien no está y aprender a vivir con su recuerdo".
De hecho, insiste en ese brindis literal n honor de esa persona que falta, porque "puede ser una forma de darnos permiso para recordarle", ya que "es injusto que el legado que nos deje esa persona sea solamente dolor", según este profesional, que es miembro de la Junta de Garantías del Colegio Oficial de Psicólogos de la Región de Murcia.
En declaraciones a Europa Press, Rosique reconoce que "es imposible olvidar a quien se ha marchado pero sí se puede aprender a vivir con su ausencia y rescatar lo que nos aportó en vida".
En este sentido, admite que la Navidad, por su carácter familiar, es una época muy difícil para las personas que han perdido a algún ser querido, ya que "se hace complicado asumir algo que no queríamos que sucediera". En su opinión, es el momento propicio para "reflexionar sobre si hemos aceptado la situación y si seguimos adelante con nuestra vida".
Como cualquier herida, Rosique destaca que la "curación del alma" necesita su tiempo, pero puntualiza que hay que manejar bien el dolor para evitar que se enquiste. "Todos sabemos que la tristeza es lógica pero lo que no podemos hacer es alimentarla o esperar que desaparezca por sí sola", según este psicólogo, quien afirma que "hay que seguir creando vivencias" aunque no apetezca seguir adelante, porque "no todo se puede detener tras la pérdida".
MEJOR INTENSIFICAR LAS RELACIONES
Rosique reconoce "nadie es sustituible", pero subraya que "el calor de otros seres queridos puede reconfortarnos: yo los necesito y ellos me necesitan". De esta manera, intensificar las relaciones más importantes para nosotros "puede ser un soporte que nos arrope", añade.
"Hemos sido afortunados cuando la vida nos ha permitido sentir tanto por alguien", y el sufrimiento "es tan intenso porque está en proporción a lo que llegamos a amar", destaca Rosique.
Y, aunque sea tan duro, "todos volveríamos a amar así aún sabiendo que lo íbamos a perder", según este profesional. Y es que el dolor "es manifestación del privilegio y hay que dar gracias a la vida o a alguien superior (en el caso de alguien de fe) por haberlo disfrutado".
Rosique recuerda que hace muy poco, una paciente suya que había perdido recientemente a su marido le dijo: "nos queríamos tanto que por eso me duele de esta manera, y prefiero sufrir yo a que él sufriera así por mí".
"¿Se les ocurre mayor muestra de amor?", se pregunta Rosique. Por ello, subraya que la Navidad "es un momento muy difícil para muchas personas pero también es una gran oportunidad de vivir con los demás un homenaje lleno de amor y de sentimiento de privilegio; un momento para que nuestra vida siga".
CÓMO SOBRELLEVAR LAS SEPARACIONES
Otro tipo de pérdida, según este psicólogo clínico, son las separaciones. "Vivimos una época complicada, tanto, que en ocasiones pareciera que estamos siendo testigos de una epidemia de rupturas", admite Rosique. Frente a ello, "quizás tengamos que aprender a querer mejor para poder querer durante más tiempo", remarca.
Este psicólogo afirma que el sufrimiento por las rupturas es complejo porque coexisten muchas emociones extremas, como el dolor por la pérdida, el sentimiento de fracaso, rencor, o sentimiento de culpabilidad.
También en este caso, la Navidad se convierte en una época complicada porque sentimientos tan intensos "nos dificultan experimentar serenidad o la alegría del encuentro con otros".
Para vivir este momento tan duro de mejor manera, Rosique explica que el primer planteamiento que nos podemos hacer es si este proceso te está convirtiendo en alguien mejor o te vas "intoxicado" de la relación.
Hace poco, Rosique recuerda que escuchó una frase muy descriptiva: "sentir rencor por alguien es como beber veneno y esperar que se muera el otro". Sin embargo, este psicólogo insta a comprender que la relación que se ha roto "o no nos hacía felices o no nos convenía", y se pregunta "cuánto tiempo más vamos a seguir dañados por ella".
Tras la ruptura, explica que el sentimiento de desolación "va desapareciendo poco a poco". En cierto modo, igual que en el duelo por fallecimiento, en las separaciones "se produce una inmovilidad hasta que se llega a la aceptación y empezamos a crear nuevas vivencias", añade.
"También las personas a quien queremos se convierten en alguien necesario y rodearnos de ellas puede ser un pilar muy importante, sobre todo en las fiestas de Navidad", aconseja. De hecho, indica que estos momentos de celebración "pueden suponer un principio" o "una especie de rito de paso que realmente supone un cambio de actitud, de sentirme víctima a decidir lo que voy hacer con mi vida".