El bótox resulta eficaz para tratar el síndrome del primer mordisco, según expertos

Actualizado: miércoles, 18 noviembre 2009 17:33

MADRID, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -

El uso de la toxina botulínica o bótox se puede utilizar para tratar el síndrome del primer mordisco, que provoca dolor en la parótida al inicio de la masticación, ya que con esta neurotoxina se consigue reducir la salivación de las glándulas salivales, según destacaron diversos expertos en el marco del 60 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial (SEORL-PCF) que se ha celebrado en Madrid.

El dolor en estos casos aparece por una lesión en la cadena simpática cervical o del plexo simpático que afecta a la parótida y que suele aparece después de la cirugía sobre la glándula salival. No obstante, aseguró la doctora Nuria Mir, del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Esperit Sant de Barcelona, pese a que se trata de un síndrome que "no se había definido hasta hace poco" y ahora "ya se sabe que la excesiva secreción salival se puede remediar".

Frente a otras técnicas quirúrgicas, este tratamiento ofrece "una clara ventaja" ya que "su aplicación es fácil, nada agresiva y los efectos sólo duran 6 meses". Además, añadió esta experta, "las contraindicaciones son mínimas" y se producen básicamente en aquellos pacientes que tienen alteraciones en la conducción nerviosa o alteraciones musculares como las miotonías.

Para los pacientes que tienen que repetir las infiltraciones, la doctora Mir advirtió de que la aplicación es "muy cómoda" y se hace en 20 minutos en la propia consulta. Aunque "puede parecer engorroso" volver cada seis meses a realizar las infiltraciones, señaló, "si se tiene en cuenta que hay pacientes, por ejemplo, con distonía laríngea que prácticamente no pueden hablar y que gracias a una infiltración cada seis meses pasan a hablar de forma normal, es evidente que el beneficio es enorme".

Por otro lado, los expertos también debatieron acerca de otros usos del bótox, como en las cicatrices en el rostro causadas por accidentes o intervenciones quirúrgicas pueden mejorarse mediante cirugía plástica facial, que contempla el abordaje de las cicatrices como una manera de camuflar lesiones cutáneas.

Para el presidente de la Comisión de Cirugía Plástica Facial de la SEORL, Esteban Scola, estas intervenciones "no aumentan significativamente porque el tratamiento primario cada vez se hace mejor".