MADRID 18 Ene. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Hospital Brigham and Women's, miembro fundador del sistema sanitario Mass General Brigham, en Estados Unidos, han hallado nuevas pruebas de que la vitamina D puede metabolizarse de forma diferente en personas con un índice de masa corporal (IMC) elevado.
El estudio, que aparece en la revista 'JAMA Network Open', es un nuevo análisis de los datos del ensayo VITAL, un gran ensayo clínico a escala nacional dirigido por investigadores del Brigham que investigó si tomar suplementos de vitamina D u omega-3 de origen marino podía reducir el riesgo de desarrollar cáncer, cardiopatías o ictus.
"El análisis de los datos originales de VITAL encontró que la suplementación con vitamina D se correlacionaba con efectos positivos en varios resultados de salud, pero sólo entre las personas con un IMC inferior a 25 --señala la primera autora Deirdre K. Tobias, epidemióloga asociada en la División de Medicina Preventiva de Brigham--. Parece que algo diferente sucede con el metabolismo de la vitamina D en pesos corporales más altos, y este estudio puede ayudar a explicar la disminución de los resultados de la suplementación para los individuos con un IMC elevado".
La vitamina D es un nutriente esencial que interviene en muchos procesos biológicos, sobre todo en la absorción de minerales como el calcio y el magnesio. Aunque parte de la vitamina D que necesitamos se produce en el organismo a partir de la luz solar, las deficiencias de vitamina D suelen tratarse con suplementos.
Los estudios de laboratorio, la investigación epidemiológica y la investigación clínica también han sugerido que la vitamina D puede desempeñar un papel en la incidencia y la progresión del cáncer y las enfermedades cardiovasculares, y fueron estas pruebas las que impulsaron el ensayo VITAL original.
El ensayo VITAL fue un ensayo aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo en 25.871 participantes estadounidenses, entre los que había hombres mayores de 50 años y mujeres mayores de 55 años. Todos los participantes estaban libres de cáncer y enfermedades cardiovasculares en el momento de la inscripción.
Si bien el ensayo halló escasos beneficios de la suplementación con vitamina D para prevenir el cáncer, el infarto de miocardio o el ictus en la cohorte general, se observó una correlación estadística entre el IMC y la incidencia de cáncer, la mortalidad por cáncer y la incidencia de enfermedades autoinmunes. Otros estudios sugieren resultados similares para la diabetes de tipo 2.
El nuevo estudio pretendía investigar esta correlación. Los investigadores analizaron los datos de 16.515 participantes del ensayo original que proporcionaron muestras de sangre al inicio del estudio (antes de la asignación aleatoria a la vitamina D), así como de 2.742 con una muestra de sangre de seguimiento tomada al cabo de dos años.
Los investigadores midieron los niveles de vitamina D total y libre, así como muchos otros biomarcadores novedosos de la vitamina D, como sus metabolitos, el calcio y la hormona paratiroidea, que ayuda al organismo a utilizar la vitamina D.
"La mayoría de los estudios de este tipo se centran en el nivel sanguíneo total de vitamina D --afirma la doctora JoAnn E. Manson, autora principal del estudio, jefa de la División de Medicina Preventiva del Brigham e investigadora principal de VITAL--. El hecho de que pudiéramos analizar este perfil ampliado de metabolitos de la vitamina D y nuevos biomarcadores nos proporcionó una perspectiva única sobre la disponibilidad y la actividad de la vitamina D, y sobre si el metabolismo de la vitamina D podría estar alterado en algunas personas pero no en otras".
Los investigadores descubrieron que la suplementación con vitamina D aumentaba la mayoría de los biomarcadores asociados al metabolismo de la vitamina D en las personas, independientemente de su peso. Sin embargo, estos aumentos eran significativamente menores en las personas con un IMC elevado.
"Observamos diferencias sorprendentes después de dos años, lo que indica una respuesta embotada a la suplementación con vitamina D con un IMC más elevado --subraya Tobias--. Esto puede tener implicaciones clínicas y explicar potencialmente algunas de las diferencias observadas en la eficacia de la suplementación con vitamina D según el estado de obesidad".
"Este estudio arroja luz sobre por qué estamos viendo reducciones del 30-40 por ciento en las muertes por cáncer, enfermedades autoinmunes y otros resultados con la suplementación de vitamina D entre aquellos con IMC más bajo, pero un beneficio mínimo en aquellos con IMC más alto, lo que sugiere que puede ser posible lograr beneficios en toda la población con una dosificación más personalizada de la vitamina D --resume Manson--. Estos matices dejan claro que hay más en la historia de la vitamina D".
Los autores concluyen que los hallazgos de VITAL son una llamada a la acción para que la comunidad investigadora siga explorando los beneficios potenciales de la suplementación con vitamina D para prevenir el cáncer y otras enfermedades y para que tenga en cuenta el IMC a la hora de evaluar los efectos del suplemento sobre la salud.