Los beneficios del deporte tras un infarto

El doctor Ignacio Echeverría, del Hospital Mesa del Castillo
Foto: HOSPITAL MESA DEL CASTILLO
Actualizado: lunes, 15 junio 2015 12:38

   MURCIA, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -

   Los beneficios que aporta realizar deporte de forma regular y controlada han animado a cardiólogos especializados a recomendar la actividad física a sus pacientes.

   Según el doctor Ignacio Echeverría, cardiólogo del Centro de Alto Rendimiento del Hospital Mesa del Castillo, "una de las armas terapéuticas más importantes en la reducción de la mortalidad de la población con enfermedades cardiovasculares es la práctica controlada de ejercicio físico".

   La disminución en la mortalidad de los eventos coronarios en la década de los 70 y 80 se debió, fundamentalmente, a los avances en los tratamientos y cuidados que se aplican en los primeros días del evento o fase hospitalaria (antiagregantes, heparinas, técnicas de revascularización).

   Pero la mortalidad en este grupo de personas en la última década sigue disminuyendo gracias a la optimización de los tratamientos más allá de la etapa aguda. "Para continuar esta dinámica descendente tan alentadora debemos combinar el uso de fármacos específicos con la incorporación de hábitos saludables", sostiene el doctor Echeverría.

   El ejercicio regular como arma terapéutica ha logrado disminuir la mortalidad de personas con enfermedad cardiovascular en un 27 por ciento con respecto a poblaciones que no lo realizan, según datos de la Asociación Americana del Corazón.

   El descenso se debe a que la actividad física aumenta los factores favorecedores de la ateroesclerosis como obesidad, colesterol alto y diabetes.

   Además, facilita el control de la tensión y es piedra angular en la estrategia para el abandono del tabaco. Por otro lado, el corazón de las personas activas está más vascularizado y sus capilares tienen una mayor capacidad de dilatación, entre otras mejoras.

   Este beneficio lo podemos obtener realizando ejercicio al menos 30 minutos, cuatro o más días a la semana. El ejercicio se puede realizar en intervalos de 15 minutos con una intensidad intermedia.

   Antes de iniciar un programa de ejercicio, el cardiólogo debe hacer una valoración con el fin de asegurarse que está recibiendo el tratamiento correcto y que las cifras de tensión y de frecuencia cardíaca se encuentren dentro de lo establecido. La valoración debe actualizarse con un ecocardiograma y una prueba de esfuerzo.

   La prueba de esfuerzo nos permitirá saber cómo se comporta el corazón y permitirá individualizar la intensidad del ejercicio.

   En líneas generales, un ejercicio a intensidad intermedia es aquel que permite mantener dicha intensidad más de 10 minutos, a una frecuencia cardíaca correspondiente al 60-70 por ciento de la carga máxima alcanzada en la prueba de esfuerzo.

   En caso de realizar ejercicios con bandas elásticas, mancuernas o poleas, el peso adecuado es aquel que te permita realizar 15 a 20 repeticiones. Esta generalidad no puede ser aplicada si la prueba de esfuerzo no es absolutamente normal.

   Si en las últimas horas se han manifestado palpitaciones, sensación de falta de aire, malestar en el pecho o sensación de inestabilidad, antes de hacer ejercicio se debe consultar a un especialista.

   Para mejorar la condición física, una buena comunicación entre paciente, entrenador personal y cardiólogo es clave para minimizar los riesgos potenciales.