MADRID, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un método de atención que implica el contacto piel con piel entre una madre y su bebé nacido prematuramente o con bajo peso parece influir significativamente en las posibilidades de supervivencia del niño, según sugiere un estudio publicado en línea en la revista 'BMJ Global Health'.
Según los investigadores, iniciar la intervención a las 24 horas del nacimiento y llevarla a cabo durante al menos ocho horas al día parecen hacer que el método sea aún más eficaz para reducir la mortalidad y las infecciones.
El método de atención conocido como "método madre canguro" (MMC) consiste en llevar al bebé, normalmente en brazos de la madre, en un cabestrillo con contacto piel con piel, y muchos estudios ya realizados han demostrado que es una forma de reducir la mortalidad y el riesgo de infección del niño.
La Organización Mundial de la Salud lo recomienda como norma de atención a los recién nacidos de bajo peso tras su estabilización clínica. Sin embargo, se sabe menos sobre el momento ideal para iniciar la intervención. Por ello, investigadores de la India llevaron a cabo una revisión de numerosos ensayos aleatorios de gran tamaño sobre el tema, realizados en varios países y en comunidades.
A partir de los estudios existentes, se propusieron comparar el MMC con la atención convencional y comparar el inicio precoz (en las 24 horas siguientes al nacimiento) con el inicio tardío del MMC para ver qué efecto tenía sobre la mortalidad neonatal e infantil y las enfermedades graves entre los recién nacidos prematuros y de bajo peso.
Su revisión analizó 31 ensayos que incluyeron 15.559 lactantes en conjunto y, de éstos, 27 estudios compararon el MMC con la atención convencional, mientras que cuatro compararon el inicio precoz con el tardío del MMC.
El análisis de los resultados mostró que, en comparación con la atención convencional, el MMC parecía reducir el riesgo de mortalidad en un 32% durante la hospitalización al nacer o a los 28 días después del nacimiento, mientras que parecía reducir el riesgo de infección grave, como la sepsis, en un 15%.
También se observó que la reducción de la mortalidad se producía con independencia de la edad gestacional o el peso del niño en el momento del ingreso, el momento de inicio y el lugar de inicio del MMC (hospital o comunidad).
También se observó que los beneficios de mortalidad eran mayores cuando la duración diaria del MMC era de al menos ocho horas al día que con el MMC de menor duración.
Los estudios que habían comparado el MMC iniciado precozmente con el iniciado tardíamente demostraron una reducción de la mortalidad neonatal del 33% y una probable disminución del riesgo de sepsis clínica del 15% hasta 28 días después del inicio precoz del MMC.
La revisión tuvo algunas limitaciones, ya que los estudios analizados incluyeron una intervención que obviamente era conocida por los participantes, por lo que podría considerarse sesgada, y los neonatos de muy bajo peso al nacer, los neonatos extremadamente prematuros y los neonatos gravemente inestables a menudo se excluyeron de los estudios.
Sin embargo, los autores de la revisión dijeron que el riesgo de sesgo en los estudios incluidos fue generalmente bajo, y debido a que su revisión había incluido una búsqueda exhaustiva y sistemática de los estudios existentes, la certeza de las pruebas para los resultados primarios fue de moderada a alta.
"Nuestros hallazgos apoyan la práctica del MMC para los recién nacidos prematuros y de bajo peso al nacer tan pronto como sea posible después del nacimiento y durante al menos ocho horas al día --concluyen--. La investigación futura debe centrarse en superar las barreras y los facilitadores para la implementación a gran escala del MMC en centros y entornos comunitarios. También se necesitan datos sobre los resultados del desarrollo neurológico a largo plazo".
