MADRID 13 Feb. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Antwerp Institute of Tropical Medicine, el Antwerp University Hospital y la Antwerp University (Bélgica), han probado en un grupo de voluntarios una nueva 'vacuna terapéutica' contra el VIH compuesta por glóbulos blancos procedentes de la sangre del propio paciente, que reinyectados en su organismo consiguen reforzar la respuesta inmune frente a este virus. El avance, publicado en 'AIDS', no cura la enfermedad, pero anima a los científicos a seguir investigando.
La Medicina ha logrado controlar bastante bien la infección por VIH utilizando un cóctel de fármacos. Las personas seropositivas --infectados por el virus del sida-- pueden ya llevar una vida razonablemente normal. Sin embargo, no se ha conseguido eliminar el virus, que reaparece cuando dejan de medicarse.
El problema ya está identificado: las 'fuerzas especiales' de la sangre --las denominadas células CD8-- no consiguen suficiente apoyo para luchar contra este virus por parte de las células dentríticas, aquellas encargadas de indicar en el organismo a las unidades de combate a quién deben atacar.
Las células dentríticas muestran en su exterior las partes donde el virus suele agarrarse, para que las células de batalla CD8 sepan a quién combatir. Sin embargo, no son lo suficientemente diestras a la hora de conseguir la información correcta sobre el VIH y transformarla en un buen ejemplo para las células de batalla.
Los virólogos y médicos expertos en VIH del Institute of Tropical Medicine y los hematólogos del Antwerp University Hospital han colaborado durante años para resolver este problema.
Juntos han logrado 'cargar' células dentríticas de voluntarios seropositivos en el laboratorio con las instrucciones de construcción (información genética en forma de ARN mensajero) para las proteínas del VIH.
Así han conseguido hacer que las células dentríticas ejecuten las instrucciones y muestren las típicas partes del VIH en su superficie. Posteriores investigaciones realizadas en test de laboratorio han demostrado que las células dentríticas 'cargadas' son capaces de activar a las células de batalla.
Para probar esta vacuna se han presentado voluntarias seis personas seropositivas que habían tomado antirretrovirales durante mucho tiempo. Los científicos filtraron las células dentríticas a partir de un gran volumen de su sangre, cultivándolas en tubos de ensayo en las unidades de terapia celular del Antwerp University Hospital, y dotándolas de instrucciones genéticas sobre el VIH. Después los investigadores congelaron las células cargadas.
Los voluntarios recibieron cuatro veces, con intervalos de cuatro semanas, una pequeña cantidad de sus propias células dentríticas reprogramadas. Tras cada vacuna, las células de batalla CD8 en sus organismos reconocían el virus cada vez mejor, sin provocar, virtualmente, ningún efecto secundario.
El resultado más importante ha sido que las células de batalla activadas con la vacuna eran cada vez mejores en la tarea de suprimir el virus, al menos en ensayos de laboratorio. Sin embargo, el VIH mantenía su capacidad de 'disfrazarse', logrando cambiar sus proteínas suficientemente rápido y con suficiente frecuencia como para permitir que al menos varios virus escaparan al ataque.
Así, sigue siendo imposible curar el sida, pero los resultados logrados con esta vacuna son esperanzadores: la vacuna, fabricada a base de células dentríticas del propio paciente, es segura y tiene algún efecto terapéutico, aunque limitado.