MADRID 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
Cuando se trata de perder peso, lo que se bebe puede resultar más importante que lo que se come, de acuerdo con investigadores del Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health. Estos científicos examinaron la relación entre el consumo de bebida entre adultos y cambios en el peso y encontró que la pérdida de peso estaba positivamente asociada con una reducción en la ingesta de calorías liquidas y que éstas tenían un impacto más fuerte en el peso que las procedentes de alimentos sólidos.
"Tanto las calorías sólidas como las líquidas se asocian con el cambio de peso. Sin embargo, sólo una reducción en la ingesta de calorías líquida tuvo una afección significativa en la pérdida de peso durante los seis meses siguientes", explicó Benjamín Caballero, autor del estudio y profesor del centro investigador.
"Una reducción de la ingesta de calorías líquidas fue asociada a una périda de peso de 0,25 kilos a los seis meses y de 0,24 a 18 meses. Entre las bebidas azucaradas, una reducción de una consumición se asoció con una pérdida de peso de medio kilo a los seis meses y de 0,7 kilos a los 18 meses. De los siete tipos de bebidas examinadas, las azucaradas fueron las únicas asociadas significativamente con alteraciones en el peso", explicó.
Los investigadores realizaron un estudio prospectivo sobre 810 adultos de entre 25 y 79 años, publicado en el número del 1 de abril del American Journal of Clinical Nutrition. Dividieron las bebidas en varias categorías basadas en su contenido calórico y composición nutricional: azucaradas, dietéticas, leche, zumo natural, café y té con azúcar, café y té sin azúcar, y bebidas alcohólicas. Encontraron que un 37 por ciento de las bebidas azucaradas destacaban como principal fuente de calorías líquidas. Estos expertos sostienen que el consumo de calorías líquidas de las bebidas se ha incrementado en paralelo a la epidemia de obesidad.