MADRID, 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
El Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría (AEP) ha recordado que los bebés menores de un año son el grupo de mayor riesgo a padecer un golpe de calor con motivo de las altas temperaturas que se registran en los meses de verano.
El golpe de calor está ocasionado por un aumento de la temperatura corporal debido al exceso de calor ambiental, sobre todo en condiciones de humedad, o de un esfuerzo físico intenso. La principal causa, según ha explicado la doctora y miembro del citado comité de la AEP, doctora Reyes Novoa, es una subida de la temperatura corporal por encima de los 40°C que, acompañada de síntomas como sensación de mareo, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, debilidad, confusión, sueño o convulsiones puede derivar, si no se detecta a tiempo, en consecuencias mucho más graves como un fallo multiorgánico.
"La prevención siempre es lo más importante. Hay que ofrecer continuamente líquidos a los más pequeños, si continúan tomando pecho ofrecerlo con más frecuencia; no practicar ejercicio en las horas de máximo calor, evitar la sobreexposición solar y bañar a los niños frecuentemente para combatir con éxito estos accidentes. Asimismo, utilizar ropa holgada, ligera, transpirable y de colores claros o proteger la cabeza con una gorra o sombrero puede ayudar a eludir estos trastornos", ha señalado la doctora.
Por otro lado, en caso de que se sospeche que el menor está padeciendo un golpe de calor, la pediatra ha recomendado colocar al niño tumbado, boca arriba, en un sitio fresco, a la sombra y bien ventilado; quitarle la ropa que no necesite y aflojarle la que le oprime; colocar compresas de agua fría en la cabeza, la cara, el cuello, la nuca y el pecho, e ir cambiándolas a medida que se calienten.
Asimismo, en caso de que el niño esté consciente, hay que ofrecer líquidos como agua fría o, preferiblemente, sueros de rehidratación oral o bebidas isotónicas. Por el contrario, si no lo está, se debe iniciar maniobras de reanimación cardiopulmonar básicas (RCP) y avisar al 112 para atender esta emergencia lo antes posible.
"En última instancia, es muy importante que, ante cualquier signo de golpe de calor, acudamos a un especialista que valore la situación y examine al paciente, aunque este se recupere con las primeras medidas de auxilio", ha añadido la doctora Novoa.
NO DEJAR NUNCA A UN BEBÉ EN EL COCHE
Por otra parte, ha recordado que dejar a un niño solo dentro de un coche expuesto al sol, incluso en días nublados puede traer graves consecuencias. Para prevenir estas afecciones de calor, Novoa ha aconsejado no dejar nunca a los niños sin supervisión de un adulto en el interior del coche.
En este punto, la experta ha recomendado recordar el acrónimo AAA (anticípese, acostúmbrese y actué) y avisar al 112 en caso de encontrar a un niño solo en el interior de un vehículo, una llamada que "puede salvar una vida".
Además, es importante llevar un botiquín básico con medicamentos para la fiebre, el dolor o las heridas y, en caso de viajar con menores con alguna patología crónica, es fundamental llevar la medicación necesaria para el viaje, así como un informe actualizado de su diagnóstico y tratamiento.
Finalmente, la pediatra ha subrayado la necesidad de proteger a los bebés de la radiación solar, evitando exponerles al sol en las horas centrales del día y aplicándoles cada dos o tres horas lociones fotoprotectoras infantiles.