MADRID, 15 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los jóvenes mantienen la costumbre de salir los fines de semana para beber alcohol con sus amigos, una práctica que puede perjudicar su salud ya que, según una investigación de la Queenslad University of Technology (Australia), beber con amigos puede incrementar el consumo de alcohol.
Según el doctor del Queensland University of Technology Business School, Ryan McAndrew, "cuando los amigos beben juntos, su consumo de alcohol puede aumentar, con cuatro factores responsables principalmente", a lo que ha añadido que "cuando los amigos beben como un comportamiento social, conscientes o no, beben más porque imitan a sus amigos, adaptándose a ellos, relajándose y disfrutando de la compañía de beber con amigos".
Los cuatro factores que predicen el consumo de alcohol son la imitación del comportamiento, el deseo de relajarse, el disfrute y la conformidad. Según McAndrew, si se entienden los factores que influyen en el consumo de alcohol en grupos, se pueden desarrollar protocolos e intervenciones para reducir las costumbres que favorecen el consumo de alcohol.
Para realizar la investigación se estudiaron a más de 250 consumidores de alcohol entre los 18 y los 30 años. Además, también se extrajeron conclusiones sobre el diferente consumo en hombres y mujeres: mientras que los hombres consumen 25 bebidas estándar, las mujeres solo consumen 11 bebidas a la semana.
"Cuando se examinó el efecto de la diferencia de género, todos los grupos de chicas bebían por la misma razón que los chicos", ha explicado McAndrew, "lo que se debe a que se han reducido las opiniones tradicionales sobre el consumo de alcohol en mujeres, de forma que las chicas han adoptado comportamientos de consumo de alcohol similares a los de los hombres".
El consumo de alcohol excesivo es un problema que cuesta 36.000 millones de dólares (32.657 millones de euros) al año y McAndrew sugiere que esta investigación podría transformar las costumbres de consumir alcohol con amigos en otras actividades en las que la gente obtuviera la misma satisfacción.
"Otras investigaciones han demostrado que la educación favorece la concienciación, pero no un cambio de comportamiento, y las medidas legislativas son limitadas, por lo que se necesita tomar una aproximación diferente para reducir el consumo de alcohol peligroso", ha señalado McAndrew.
Para reducir el consumo de alcohol en jóvenes, McAndrew propone "campañas de marketing que vayan más allá de la concienciación, como las típicas advertencias sobre los peligros del alcohol, y que utilicen técnicas para motivar un cambio de comportamiento y alcanzar un objetivo social".
Por ejemplo, el experto propone que se sustituya el plan de pasar una noche en el bar por participar en un evento deportivo en grupo, que puede generar la misma satisfacción. McAndrew ha afirmado que con actividades de este tipo "se puede seguir copiando a los amigos, adaptándose a ellos, relajándose con ellos y disfrutando de su compañía, pero sin alcohol".