MADRID, 3 Oct. (EUROPA PRESS) -
Las parejas que planean tener un bebé deberían evitar beber alcohol antes de la concepción para proteger al futuro hijo de posibles defectos cardíacos congénitos, según una investigación publicada en el 'European Journal of Preventive Cardiology', una revista de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
Beber alcohol tres meses antes del embarazo o durante el primer trimestre se asoció con un riesgo 44 por ciento mayor de enfermedad cardíaca congénita en el caso de los padres y 16 por ciento en el de las madres, en comparación con no beber.
El consumo excesivo de alcohol, definido como cinco o más bebidas por sesión, se relacionó con una probabilidad 52 por ciento mayor de estos defectos congénitos en los hombres y 16 por ciento para las mujeres.
"El consumo excesivo de alcohol por parte de los futuros padres es un comportamiento de alto riesgo y peligroso que no solo puede aumentar las posibilidades de que su bebé nazca con un defecto cardíaco, sino que también daña enormemente su propia salud", recuerda el autor del estudio, el doctor Jiabi Qin, de la Escuela de Salud Pública Xiangya, de la Universidad Central del Sur, en Changsha (China).
El doctor explica que los resultados sugieren que cuando las parejas intentan tener un bebé, los hombres no deben consumir alcohol durante al menos seis meses antes de la fertilización, mientras que las mujeres deben dejar de consumir alcohol un año antes y evitarlo durante el embarazo.
Las cardiopatías son los defectos congénitos más comunes, con aproximadamente 1,35 millones de bebés afectados cada año. Estas condiciones pueden aumentar la probabilidad de enfermedad cardiovascular en el futuro, incluso después del tratamiento quirúrgico, y son la principal causa de muerte perinatal.
El alcohol es un teratógeno conocido y se ha relacionado con el trastorno del espectro alcohólico fetal (FASD). Alrededor de uno de cada cuatro niños con FASD tiene una enfermedad cardíaca congénita, lo que indica que el alcohol también podría estar implicado en estos trastornos.
Estudios anteriores que investigaron el vínculo entre el alcohol y la enfermedad cardíaca congénita se han centrado en las futuras madres, con resultados no concluyentes. Este es el primer metaanálisis que examinar el papel del consumo de alcohol paterno.
Los investigadores compilaron los mejores datos publicados entre 1991 y 2019, que ascendieron a 55 estudios, incluidos 41.747 bebés con cardiopatía congénita y 297.587 sin ellos. El análisis mostró una relación dosis-respuesta no lineal entre el consumo parental de alcohol y las enfermedades cardíacas congénitas.
El doctor Qin añade: "Observamos un riesgo gradualmente creciente de enfermedades cardíacas congénitas a medida que aumentaba el consumo parental de alcohol. La relación no fue estadísticamente significativa en las cantidades más bajas".
Con respecto a defectos específicos, el estudio encontró que, en comparación con la abstinencia, el consumo materno se correlacionó con un riesgo un 20 por ciento mayor de tetralogía de Fallot, una combinación de cuatro anormalidades en la estructura del corazón.
Los autores señalaron que este fue un estudio observacional y no prueba un efecto causal, ni prueba que el consumo de alcohol por parte de los padres es más perjudicial para el corazón fetal que el consumo de alcohol por parte de la madre, pero los datos no pueden usarse para definir un límite del consumo de alcohol que podría considerarse seguro.