MADRID, 27 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un tipo de azúcar de origen natural en la leche materna de una mujer puede tener efectos protectores en el bebé contra el estreptococo del grupo B, una infección bacteriana que puede encontrarse en la vagina o en el recto de una mujer embarazada y que puede ser mortal para el recién nacido.
Esta es la principal conclusión de nuevo estudio realizado por el Imperial College de Londres (Reino Unido), que demuestra que la leche materna de cada mujer contiene una mezcla de muchos tipos diferentes de azúcar, llamados oligosacáridos de leche humana. Estos no son digeridos en el abdomen del bebé y actúan como alimento para las 'bacterias amistosas' del intestino de un bebé.
El estreptococo del grupo B son una causa común de meningitis en los recién nacidos y la principal causa de infección en los tres primeros meses de vida en el Reino Unido y en el mundo. Esta bacteria se encuentra de forma natural en la vagina y los intestinos de la mujer, y se cree que una de cada tres mujeres puede transferirla al bebé durante el parto o posteriormente.
La investigación, realizada en 183 mujeres en Gambia y publicada en la revista 'Clinical & Translational Immunology', podría conducir a nuevos tratamientos para proteger a las madres y los bebés de infecciones. Los investigadores plantean la posibilidad de dar suplementos específicos de azúcar en la leche materna de las mujeres embarazadas. Esto puede ayudar a prevenir las bacterias dañinas que consiguen en el intestino del bebé durante el parto y en las primeras semanas de vida.
DEPENDE DE UN GEN, NO TODAS LAS LECHES VALEN
El tipo de azúcares que produce una mujer en su leche materna está dictada en parte por su composición genética. Un tipo de sistema genético en particular, llamado el sistema antígeno Lewis (que está implicado en la fabricación del grupo sanguíneo ABO), juega un papel importante en la determinación de los azúcares de la leche materna.
En el estudio, el equipo analizó la leche de las madres con azúcares controlados por estos genes. Las mujeres que produjeron los azúcares de la leche materna ligados al gen Lewis eran menos propensas a tener las bacterias en sus intestinos, y sus bebés también eran menos propensos a adquirir las bacterias de sus madres al nacer.
Además, entre los bebés que tenían las bacterias en sus intestinos al nacer, los bebés cuyas madres producen un azúcar específico en la leche materna, llamado lacto-N-difucohexaose I, tenían más probabilidades de haber limpiado las bacterias de su cuerpo a los 60-89 días después del nacimiento. Esto sugiere que este azúcar de la leche materna, que está vinculado al gen de Lewis, puede tener un efecto protector.
Los investigadores demostraron en el laboratorio que la leche materna que contiene este azúcar en particular - lacto-N-difucohexaose I - era mejor para matar las bacterias estreptococos del grupo B en comparación con la leche materna, sin que este azúcar específica.
"A pesar de que es una investigación en fase inicial, se demuestra la complejidad de la leche materna y los beneficios que puede tener para el bebé. Cada vez más, la investigación sugiere que éstos azúcares de la leche materna (oligosacáridos de leche humana) pueden proteger contra las infecciones en el recién nacido, tales como el rotavirus y el estreptococo del grupo B, así como impulsar "amistosas" bacterias del intestino de un niño", ha señalado el doctor Nicholas Andreas, autor principal de la investigación del Departamento de Medicina del Imperial.
Los investigadores cree que los azúcares que actúan como señuelos. Las bacterias se adhieren a la azúcar y luego se excreta por el cuerpo. Esto puede ayudar a proteger al bebé de la infección hasta que su propio sistema inmune es más maduro para luchar contra las bacterias alrededor de los seis meses de edad.
Algunas empresas ya están explorando la adición de tales azúcares en la leche de fórmula, pero el Andreas advierte que sería difícil replicar la mezcla de azúcares que se encuentran en la leche materna. "Estas fórmulas experimentales sólo contienen un par de estos compuestos, mientras que la leche materna humana contiene docenas de diferentes tipos", añade.
En el Reino Unido a las mujeres embarazadas consideradas de alto riesgo se les ofrece una prueba para detectar las bacterias, además aquellas que no están en riesgo pueden realizarse la prueba en centros privados, que consiste en realizar un cultivo unas pocas semanas antes de dar a luz. Sin embargo, todavía hay una pequeña posibilidad de que una mujer vuelva a tener las bacterias en su intestino en algún momento entre la prueba y dar a luz.