MADRID, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
El ayuno intermitente o comer más temprano disminuye el apetito y mejora el proceso de quema de grasas, tal y como ha evidenciado un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Estatal de Louisiana (Estados Unidos) y que ha sido publicado en la revista 'Obesity'.
"Coordinar las comidas con los ritmos circadianos, o el reloj interno del cuerpo, puede ser una estrategia poderosa para reducir el apetito y mejorar la salud metabólica. Sospechamos que a la mayoría de las personas les pueden resultar útiles las estrategias de sincronización de las comidas para perder peso o para mantenerlo, ya que estas estrategias parecen reducir el apetito", han dicho los expertos.
Y es que, en el trabajo, la alimentación temprana restringida en el tiempo (eTRF, por sus siglas en inglés), una forma de ayuno intermitente diario en la que se come la cena por la tarde, ayudó a mejorar la capacidad de las personas para cambiar entre la quema de carbohidratos para obtener energía a quemar grasa para obtener energía, un aspecto del metabolismo conocido como metabólico flexibilidad.
En concreto, los participantes probaron dos estrategias diferentes de tiempo de comidas en orden aleatorio: un horario de control donde los comieron tres comidas durante un período de 12 horas, desayunando a las 8.00 horas y cenando a las 20.00 horas, y un horario de eTRF donde los comieron tres comidas durante un período de seis horas con desayuno a las 8.00 horas y cena a las 14.00 horas.
Las mismas cantidades y tipos de alimentos se consumieron en ambos horarios. Los períodos de ayuno para el programa de control incluyeron 12 horas por día, mientras que el programa eTRF incluyó el ayuno de 18 horas por día. Los participantes del estudio siguieron los diferentes horarios durante cuatro días seguidos.
En el cuarto día, los investigadores midieron el metabolismo de los participantes colocándolos en una cámara respiratoria, un dispositivo similar a una habitación, donde los investigadores midieron cuántas calorías, carbohidratos, grasas y proteínas habían quemado. Los investigadores también midieron los niveles de apetito de los participantes cada tres horas mientras estaban despiertos, así como las hormonas del hambre por la mañana y por la noche.
Aunque la eTRF no afectó significativamente a la cantidad de calorías que quemaron los participantes, los investigadores encontraron que la eTRF propició niveles más bajos de la hormona del hambre grelina y mejoró algunos aspectos del apetito. También aumentó la quema de grasa durante las 24 horas del día.
"Este estudio ayuda a proporcionar más información sobre cómo los patrones de alimentación, y no sólo lo que usted come, pueden ser importantes para lograr un peso saludable", han zanjado los investigadores.