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MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
El tiempo que las personas pasan sentadas es importante para la salud pero también el número de descansos que realizan mientras están sentadas en el escritorio o en el sofá, según un estudio de la Universidad de Queensland en Australia que se publica en la edición digital de la revista 'European Heart Journal'. Muchos descansos, incluso si son de tan sólo un minuto, parecen ser buenos para el corazón y la circunferencia de cintura.
El estudio es el primero realizado en una población grande representativa y multiétnica que examina los vínculos de la cantidad total de tiempo que se pasa sentado y los descansos en el tiempo sedentario, con varios indicadores del riesgo de enfermedad cardiaca, enfermedades metabólicas, como la diabetes, y procesos inflamatorios que pueden participar en la aterosclerosis.
Los resultados mostraron que periodos prolongados de tiempo sedentario, incluso en personas que también emplean algún tiempo en realizar ejercicio entre moderado y fuerte, se asociaban con peores indicadores del funcionamiento cardio-metabólico y la inflamación, como una mayor circunferencia de cintura, menores niveles de colesterol bueno, niveles superiores de proteína reactiva C (un indicador de la inflamación) y triglicéridos.
Sin embargo, el estudio también descubrió que, incluso en personas que pasan un largo tiempo sentadas, cuanto más descansos toman en este tiempo, menor es su circunferencia de cintura y menores los niveles de la proteína reactiva C.
Según explica Genevieve Healy, responsable del estudio, "de forma global, en lo que respecta al tiempo de sedentarismo, los descubrimientos más significativos clínicamente se refieren a las grasas en sangre y los marcadores de la resistencia a la insulina. En cuanto al número de descansos durante el tiempo que se pasa sentado, las diferencias más significativas se observaron en la circunferencia de cintura. En el grupo de personas que tomaron el mayor número de descansos, de media, la circunferencia de cintura era menor de 4,1 centímetros que en los que tomaron menos descansos.
Los investigadores analizaron datos de 4.757 personas de 20 años o más que participaron en una encuesta de salud y nutrición estadounidense entre 2003 y 2006. Los participantes llevaban un dispositivo pequeño llamado acelerómetro, que controlaba la cantidad e intensidad al caminar o correr y que llevaron en la cadera derecha durante las horas en las que caminaban durante siete días.
Los resultados mostraron que la menor cantidad de tiempo de sedentarismo al día era de 1,8 horas y la mayor 21,2 horas. El menor número de descansos durante los siete días de la semana era de 99 y la mayor cantidad de 1.258.
Según señala Healy, los beneficios de la participación regular en el ejercicio de intensidad entre moderado y fuerte se aceptan bien, sin embargo, el potencial adverso para la salud del sedentarismo prolongado sólo se está descubriendo ahora. Nuestra investigación subraya la importancia de considerar el sedentarismo prolongado como una conducta de riesgo para la salud que garantiza un asesoramiento explícito en las futuras directrices de salud pública.
"En particular, los descubrimientos probablemente tengan implicaciones para las instalaciones en las que el sedentarismo prolongado está extendido, como en las oficinas", apunta Healy.
"Nuestra investigación mostró que incluso pequeños cambios, que podrían ser tan nimios como levantarse durante un minuto, podrían ayudar a rebajar este riesgo para la salud. Posiblemente los descansos regulares en los entornos laborales podrían incorporarse sin detrimento para la productividad, aunque esto aún necesita determinarse a través de más investigaciones", concluye la investigadora.
Por último, Healy señala que el tamaño de las diferencias en varios de los indicadores biológicos cardio-metabólicos e inflamatorios entre las personas que pasaban un mayor o menor tiempo sentadas eran lo suficientemente destacables para sugerir que las reducciones en el sedentarismo de entre una y dos horas diarias podría tener un impacto sustancial en la prevención de la enfermedad cardiovascular.