Les hicieron una prueba que constató un "aumento" de daño genético menor y "fácilmente reparable" en los que participaron menos tiempo
A CORUÑA, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
El aumento del riesgo de padecer cáncer en las personas que colaboraron en la recogida del fuel vertido por el petrolero 'Prestige' en noviembre de 2002 frente a la costa gallega desapareció a los siete años de la catástrofe marítima, según concluye un estudio elaborado por un equipo de la Universidade da Coruña (UDC), una de las numerosas investigaciones que se hicieron tras el siniestro.
En declaraciones a Europa Press, una de las directoras del estudio y profesora titular de Psicobiología de la UDC, Blanca Laffon, ha señalado el pasado viernes que este trabajo es continuación del que, poco después de la catástrofe, se hizo entre voluntarios "para saber si la exposición al fuel tenía un efecto sobre la salud como alteraciones a nivel genético en las células", explica.
Entonces, se hizo entre voluntarios que estuvieron solo unos días en contacto con el fuel, "estudiantes universitarios que venían de lunes a viernes", ha precisado Laffon, y en un segundo grupo, marineros y pescadores contratados por la empresa Tragsa para las labores de limpieza encargadas por la Xunta.
Entre ellos, se diferenció entre los que recogían el fuel en las playas y los que se encargaban de la limpieza de las rocas con máquinas de hidropresión "y que estuvieron expuestos varios meses", aclara la directora del estudio.
PRUEBA DE DAÑO GENÉTICO
A todos, se les hizo una prueba de daño genético, que constató un "aumento" de ese daño, menor y "fácilmente reparable" en los que participaron menos tiempo.
Tras este estudio y a raíz de la publicación de otro trabajo del Servicio de Neumología del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (Chuac) demostrando un daño similar dos años después de la exposición, el equipo de la UDC se planteó recoger nuevas muestras para hacer el seguimiento de las personas que habían participado en su primer trabajo.
MEDIO CENTENAR DE PARTICIPANTES
Si en el primero fueron un total de 180 personas las que colaboraron en la recogida de muestras, en la segunda fase "debido a que establecer el contacto fue más difícil", explica Blanca Laffon, fueron objeto de este análisis un total de 55 personas. Para ello, el equipo de la UDC contactó con Cofradías de Muxía, Fisterra o Lira, entre otras.
La conclusión que se obtuvo fue que esas personas "ya no tenían un incremento de daño genético en sus células siete años después", ha señalado la directora del estudio, que se comenzó en el año 2010 con la recogida de muestras. El trabajo finalizó en 2011 y ahora se está ultimando su publicación.
Sobre las pruebas que se les hicieron, Blanca Laffon aclara que indican el aumento del riesgo de padecer determinadas patologías como el cáncer, pero que esas personas "no necesariamente tienen que desarrollar cáncer, sino que su riesgo es mayor".
Respecto a la conclusión del trabajo, indica también que "a los siete años" de haber estado en contacto con el fuel estas personas "tenían el mismo riesgo de padecer cáncer que otras que no lo estuvieron", concluye Laffon en relación a la ausencia de daño genético.