El aumento de la presión arterial durante el embarazo incrementa el riesgo cardiovascular posterior

Actualizado: lunes, 15 abril 2013 16:57

MADRID 15 Abr. (EUROPA PRESS) -

Las mujeres con presión arterial elevada durante el embarazo tienen un mayor riesgo cardiovascular que persiste incluso 35 ó 40 años después de la maternidad, según han demostrado los resultados de un estudio de la Academia Sahlgrenska de la Universidad de Goteborg (Suecia).

En un estudio reciente, los investigadores examinaron a 105 mujeres que dieron a luz a principios de 1970. La mitad de las mujeres tenían la presión arterial elevada durante el embarazo, mientras que la otra mitad tuvo un embarazo normal.

De este modo, el estudio ha mostrado que las mujeres que habían visto incrementar su presión arterial durante el embarazo tenían más posibilidades de mantener estos niveles incluso 35 ó 40 años más tarde. Las mismas mujeres mostraban signos de rigidez creciente de las arterias y cierto deterioro en el equilibrio de azúcar en sangre.

"Podemos ver que incluso un pequeño aumento de la presión arterial puede estar relacionado con un cierto deterioro de la estructura y función del corazón en estas mujeres. Juntos, estos hallazgos pueden explicar en parte el aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular", dice Anna-Clara Collen, quien ha presentado estos resultados en su tesis.

Con el objetivo de mantener un sistema cardiovascular saludable después de la menopausia, esta experta aboga porque las mujeres que han tenido la presión arterial elevada durante el embarazo hagan un esfuerzo para recuperar la presión arterial normal después del embarazo.

"Se trata de tener actividad física y evitar el exceso de peso, por ejemplo. Además, es importante tener un control preciso de la presión arterial y hacerse chequeos regulares", ha explicado Collen.

El estudio también muestra que las mujeres que informaron de una mayor percepción subjetiva de esfuerzo en los últimos años tenían una circunferencia de cintura mayor que aquellos que reportaron menos estrés, lo que también se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.