MADRID 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de la Universidad de Birmingham (Reino Unido) revela que el aumento de los niveles mundiales de microplásticos y nanoplásticos (MnP) absorbidos por el cuerpo humano puede aumentar el riesgo de padecer cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares y enfermedades pulmonares crónicas.
Estas enfermedades no transmisibles (ENT) están relacionadas con la inflamación de los órganos del cuerpo, y las partículas diminutas aumentan la absorción de MnP y sus lixiviados en los sistemas digestivo y respiratorio, lo que podría incrementar el riesgo y la gravedad de las ENT en el futuro.
Además, las concentraciones de MnP en la materia fecal infantil son significativamente más altas que en los adultos, posiblemente porque el plástico se utiliza habitualmente en la preparación, presentación y almacenamiento de los alimentos infantiles. El comportamiento de los niños pequeños, como llevarse objetos a la boca, también puede explicar esta situación.
Tras publicar sus conclusiones en 'Cell Reports Medicine', un grupo internacional de investigadores reclama ahora un enfoque global integrado de 'Una sola salud' para la investigación sobre salud humana y medio ambiente que revele los mecanismos ambientales que subyacen al aumento de la exposición humana al MnP y los vínculos de las partículas con las ENT.
El autor principal, el profesor Stefan Krause, de la Universidad de Birmingham, ha comentado que la contaminación por plásticos ha aumentado en todo el mundo, por lo que es "fundamental" que se comprendan los riesgos generales para la salud asociados a la exposición al MnP.
"Debemos atajar esta contaminación en su origen para reducir nuevas emisiones, ya que la dispersión global de MnP que ya se ha producido seguirá siendo motivo de preocupación durante siglos. Para ello, necesitamos una investigación sistemática de los factores ambientales de la exposición humana a las MnP y sus repercusiones en la prevalencia y gravedad de los principales grupos de ENT: cáncer, diabetes, enfermedades cardiovasculares y enfermedades pulmonares crónicas", ha señalado.
Los investigadores destacan que la relación entre las MnP y las ENT se asemeja a la de otras partículas, incluidas fuentes naturales como el polen o contaminantes de origen humano como los gases de escape de los motores diésel, y las MnP y los nanomateriales artificiales, que actúan de forma biológica similar.
EL CUERPO TRATA ESTAS SUSTANCIAS COMO EXTRAÑAS
El cuerpo las trata como entidades extrañas que activan los mismos mecanismos de protección, lo que supone un riesgo de que las defensas corporales se vean desbordadas y aumente la frecuencia y gravedad de las ENT.
La incidencia de las ENT está aumentando en todo el mundo, y los cuatro tipos principales son responsables del 71 por ciento de todas las muertes anuales en el mundo, con un impacto económico previsto de más de 30 mil millones de dólares en las próximas dos décadas.
La coautora del estudio, Semira Manaseki-Holland, ha señalado la importancia de comprender mejor cómo interactúan las MnP y las ENT si se quiere avanzar en los esfuerzos mundiales de prevención y tratamiento hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU de reducir la mortalidad prematura por ENT y otras afecciones que cursan con inflamación de aquí a 2030".
"Esta necesidad es crítica en los países de renta baja y media-baja (PRMB), donde la prevalencia de las ENT está aumentando y los niveles de contaminación y exposición al plástico son elevados. Tanto si las encontramos en el interior como en el exterior, es probable que las MnP aumenten los riesgos para la salud mundial", ha detallado.
También ha advertido de que la tendencias de la contaminación mundial muestran que las partículas micro (menores de 5 mm) y nanoplásticas (menores de un micrómetro) se encuentran ahora "en todas partes". Las MnP se han detectado en muestras de pulmones, sangre, leche materna, placenta y heces, lo que confirma que las partículas entran en el cuerpo humano desde el medio ambiente.
Los seres humanos están expuestos a las MnP en ambientes exteriores e interiores a través de los alimentos, el consumo de bebidas, el aire y muchas otras fuentes, incluidos los cosméticos y los productos de cuidado humano.
Así, se han encontrado MnP en el pescado, la sal, la cerveza y las bebidas embotelladas de plástico o en el aire, donde se liberan de los materiales sintéticos de la ropa, la ropa de cama de tela de plástico durante el sueño, la alfombra de plástico o los muebles. Otras fuentes pueden ser los fertilizantes, el suelo, el riego y la absorción en cultivos o productos alimentarios.
La exposición humana a las MnP varía significativamente según el lugar y el mecanismo de exposición, y hay pruebas de que los puntos críticos de contaminación por MnP en el aire interior contienen hasta 50 veces más partículas que en el exterior.
La coautora, la profesora Iseult Lynch, de la Universidad de Birmingham, ha instado a "comprender" los riesgos para la salud humana asociados a las MnP, señalando que, para ello, será preciso entender los controles ambientales de las exposiciones individuales, a través de la colaboración conjunta de los científicos medioambientales y los médicos.