¿Aumentar de peso tras una ruptura? La ciencia dice que no es lo habitual

Pareja comiendo, helado
Pareja comiendo, helado - GETTY - Archivo

MADRID, 20 Oct. (EUROPA PRESS) -

Según múltiples investigaciones, está demostrado que la gente a veces usa los alimentos como forma de lidiar con los sentimientos negativos, por ejemplo tras una ruptura sentimental, y que la conocida como 'alimentación emocional' puede llevar a elecciones de alimentos poco saludables. Sin embargo, según un nuevo estudio publicado en la revista 'Journal of the Evolutionary Studies Consortium', ha desmentido que, en general, las personas aumenten de paso tras romper con su pareja.

El estudio, realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Pennsylvania (Estados Unidos), ha analizado el concepto alemán 'kummerspeck', que literalmente se traduce al español como 'beicon triste': el aumento de peso excesivo debido a la 'alimentación emocional', es decir, comer compulsivamente por motivos emocionales.

La investigadora principal del estudio, Marissa Harrison, apunta que la dinámica de las relaciones ancestrales puede haber hecho que coger peso después de una ruptura evolutiva sea ventajoso. "Las mujeres modernas, por supuesto, tienen trabajo y acceso a los recursos, pero en aquel entonces era probable que las mujeres fueran más pequeñas y necesitaran más protección y ayuda con los recursos. Si su pareja los dejara o los abandonara, estarían en problemas. Y lo mismo podría haber ocurrido con los hombres. Con comida no tan abundante en el mundo ancestral, puede tener sentido que la gente se atiborrara para engordar", indica.

Para comprobrar esta teoría, los investigadores realizaron dos estudios para probar la teoría de que es más probable que las personas aumenten de peso después de una ruptura de la relación. En la primera, los investigadores reclutaron a 581 personas para completar una encuesta 'on line' sobre si habían pasado recientemente por una ruptura y si habían ganado o perdido peso un año después de esa ruptura. La mayoría de los participantes (62,7%) no reportaron cambios de peso. Los investigadores se sorprendieron por este resultado y decidieron realizar un estudio adicional.

Para el segundo estudio, los investigadores reclutaron a 261 nuevos participantes para realizar una encuesta diferente y más extensa que la utilizada en el primer estudio. Aquí, preguntaron si los participantes habían experimentado alguna vez la ruptura de una relación larga, y si habían ganado o perdido peso después. La encuesta también preguntó sobre las actitudes de los participantes hacia su expareja, cuán comprometida estaba la relación, quién inició la ruptura, si los participantes tendían a comer emocionalmente y cuánto disfrutaban los alimentos en general.

Aunque todos los participantes aseguraron haber experimentado una ruptura en algún momento de sus vidas, la mayoría de los participantes (65,13%) no sufrieron cambios en el peso después de la ruptura. "Nos sorprendió que en ambos estudios, que incluyeron grandes muestras de la comunidad, no encontramos evidencia de aumento de peso. Lo único que encontramos fue que, en el segundo estudio, las mujeres que ya tenían propensión a comer emocionalmente sí aumentaron de peso después de una ruptura de la relación. Pero no era común", explica Marissa Harrison.

Según la investigadora, sus resultados podrían tener implicaciones clínicas. "Podría ser información útil para los médicos o los consejeros con pacientes que tienden a comer emocionalmente. Si su paciente está pasando por una ruptura y ya está comiendo emocionalmente, este puede ser un momento en el que necesite apoyo extra", concluye.