MADRID 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
En los últimos años están aumentando en España los casos de lesiones del oído en menores de 30 años, generalmente provocadas por la contaminación acústica de las ciudades y escuchar música alta, tanto en bares y discotecas como a través de auriculares, según explicó el vicesecretario de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial (SEORL), Cristóbal López Cortijo, en el marco del 60 congreso nacional de esta entidad que comenzó hoy en Madrid.
La pérdida de audición comienza a aparecer en edades de entre 60 y 70 años pero en los últimos años "se está rebajando la edad de estos problemas" en casi 10 años. Además, se estima que en España hay unos 100.000 jóvenes con problemas auditivos, entre los que el más frecuente es la lesión de células ciliadas externas de caracol, la parte del oído encargada de convertir el sonido en un impulso nervioso.
Los síntomas de estas lesiones suelen ser pitidos o la sensación de oído vacío "similar a la que se produce cuando se sale de un ambiente con ruido", explicó a Europa Press, y aunque los primeros episodios son recuperables, "de no protegerse de sonidos fuertes y volúmenes altos, en vez de tener el oído de una persona mayor a los 70 lo puedes llegar a tener a los 50", advirtió López Cortijo.
A su juicio, esto se debe a la "costumbre cada vez más extendida entre los jóvenes" de escuchar música muy alta, a más de 80-90 decibelios en las discotecas y por encima de los 60 en los auriculares.
Pero por encima de la responsabilidad de los jóvenes, que "pueden disfrutar de la música sin tanta potencia", el profesor López Cortijo pidió a las autoridades españoles que regulen el volumen máximo de los reproductores de MP3 como en Estados Unidos y, por otro lado, sean "más estrictos" a la hora de controlar el ruido ambiental de los establecimientos.
Del mismo modo, culpó de este aumento de lesiones auditivas a la contaminación acústica de las ciudades, ya que aseguró que hay estudios que evidencian que en los países con menos ruido este tipo de patologías son menos frecuentes.
Además, junto a los "daños directos" en el canal auditivo, el vicesecretario de la SEORL aseguró que el ruido permanente conlleva otros problemas derivados como falta de sueño, dolores de cabeza o estrés psicológico, provocado por vivir en un "ambiente continuamente sobreexcitado".