MADRID 19 May. (EUROPA PRESS) -
En España se estima que el 1 por ciento de la población está afectada por la enfermedad celiaca y en los últimos años está aumentando "de manera sustancial" el número de afectados entre la edad adulta, así como su edad de diagnóstico, como prueba que uno de cada cinco nuevos casos se diagnostique en mayores de 60 años.
Así lo alerta la Sociedad Española de Patología Digestiva (SEPD) con motivo del Día Nacional de este trastorno celebrado recientemente, lo que hace que la edad media de los pacientes diagnosticados también haya ido aumentando situándose en la actualidad por encima de los 40 años.
Los expertos de esta entidad defienden que la enfermedad celiaca --que provoca la intolerancia a una proteína presente en el gluten que contienen cereales como el trigo, la cebada o el centeno-- es un trastorno mucho más común de lo que se suele pensar.
"Existen muchos casos sin identificar porque los pacientes no manifiestan síntomas o presentan síntomas no digestivos que hacen que el diagnóstico se retrase durante años y que el paciente visite numerosos médicos hasta llegar al especialista del aparato digestivo", ha reconocido Federico Argüelles Arias, experto de la SEPD.
No obstante, gracias a un mayor conocimiento de la enfermedad y su sintomatología, en los últimos años está mejorando el diagnóstico, y los clínicos tienen en cuenta los síntomas no digestivos antes de descartar la enfermedad. Al mismo tiempo, estas mejorías también han permitido detectar otros trastornos relacionados con el consumo del gluten.
"Son patologías que cursan mediante procesos diferentes a la enfermedad celiaca, pero que tienen en común que mejoran al eliminar de la dieta el gluten", ha añadido Francesc Casellas, también especialista de la SEPD.
Entre estas patologías estarían una sensibilidad al gluten que actúa mediante mecanismos propios de la alergia, que puede detectarse mediante pruebas cutáneas; y la sensibilidad al gluten no celiaca, que provoca síntomas digestivos que pueden confundirse con la celiaquía, pero cuyas pruebas diagnósticas son negativas para esta enfermedad.
"Estamos empezando a reconocer la sensibilidad al gluten no celiaca. Sabemos que tiene una sintomatología muy parecida a la enfermedad celiaca, pero actúa mediante otros mecanismos relacionados con la inmunidad y que no tiene el componente hereditario (...) Deberemos trabajar para encontrar pruebas diagnósticas objetivas que nos permitan reconocer estas situaciones", ha apuntado.