MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
Las muertes en individuos con autismo aumentaron un 700 por ciento en los últimos 16 años y fueron tres veces más probables que en la población general de ser provocadas por lesiones, según concluye un nuevo estudio de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Columbia, en Nueva York, Estados Unidos, que se detalla en un artículo publicado en 'American Journal of Public Health'.
La edad promedio de fallecimiento de los individuos con autismo fue 36 años menor que la de la población general, a los 36 años de edad frente 72. De las muertes de los individuos con autismo, el 28 por ciento se atribuyó a lesiones, a menudo por asfixia, seguida de sofocación y ahogamiento. En conjunto, estas tres causas representaron casi el 80 por ciento de la mortalidad por lesiones total en niños con autismo. Más del 40 por ciento ocurrió en hogares o instituciones residenciales.
"Mientras que la investigación anterior informó de una mayor tasa de mortalidad en general para las personas con autismo, hasta ahora la mortalidad por lesiones en la población de trastornos del espectro autista se había estudiado poco", afirma el autor principal Guohua Li, profesor de Epidemiología de la Escuela Mailman de Columbia.
"A pesar del marcado aumento en el número anual de muertes ocurridas, los fallecimientos relacionados con el autismo todavía pueden ser severamente subnotificados, particularmente las muertes por lesiones intencionales como asaltos, homicidios y suicidios", detalla.
En una revisión de 32 millones de muertes certificadas por el Sistema Nacional de Estadística Vital de Estados Unidos, los investigadores identificaron a 1.367 individuos (1.043 varones y 324 mujeres) con un diagnóstico de autismo que murieron entre 1999 y 2014. El número anual de muertes documentadas para las personas con un diagnóstico de autismo ha crecido cerca de siete veces entre 1999 y 2014.
AUTISMO, UNA POSIBLE CAUSA QUE CONTRIBUYE A LA MUERTE
"Nuestro estudio se limitó a los datos del certificado de defunción. Aunque los números son sorprendentes, el autismo como una causa contribuyente de muerte está probablemente mal contabilizado debido a que la exactitud de la información sobre los certificados de defunción presentados por los forenses varía", observa el primer autor Joseph Guan, estudiante de máster de grado en Epidemiología en la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia.
La prevalencia estimada del trastorno del espectro autista es aproximadamente cuatro veces más común en los hombres que en las mujeres y mayor entre los niños blancos no hispanos y en los hijos de padres con una formación muy elevada. De 2000 a 2012, la tasa se ha más que duplicado.
"Nuestro análisis revela que los niños con autismo son 160 veces más propensos a morir de ahogamiento que la población pediátrica en general. Dado el excepcionalmente mayor riesgo de ahogamiento para los niños con autismo, debería ser una intervención de máxima prioridad que reciban clases de natación", subraya el doctor Li , director fundador del Centro de Epidemiología y Prevención de Lesiones en Columbia.
"Una vez que un niño es diagnosticado con autismo, por lo general hacia los entre 2 años y 3 años de edad, los pediatras y los padres deben ayudarles matriculándole inmediatamente a en clases de natación, antes de cualquier terapia conductual, terapia del habla o terapia ocupacional. La capacidad de nadar en los niños con autismo es una habilidad imperiosa de supervivencia", añade.
Vagar es un comportamiento autista común y el doctor Li resalta que muchos niños con autismo tienen una afinidad por las masas de agua. "Con problemas de comunicación y habilidades sociales, los niños autistas tienden a buscar alivio a su ansiedad aumentada en la serenidad de los cuerpos de agua. Desafortunadamente, este comportamiento a menudo conduce a tragedias", alerta este experto.