MADRID 29 May. (EUROPA PRESS) -
El uso de la aspirina en personas sin antecedentes de enfermedad grave reduce los ataques cardiacos no mortales en alrededor de una quinta parte pero también aumenta el riesgo de hemorragia interna en un tercio, según un estudio de la Universidad de Oxford en Reino Unido.
Los autores, que publican su trabajo en la revista 'The Lancet', señalan que a largo plazo la aspirina podría dar lugar a que estos riesgos y beneficios se anularan entre sí. En el caso de quienes ya padecen una enfermedad cardiovascular los beneficios sí podrían ser superar los riesgos.
Los investigadores, dirigidos por Colin Baigen, realizaron un meta-análisis en pacientes individuales con episodios cardiovasculares graves como el ataque cardiaco, ictus o la enfermedad vascular y las hemorragias mayores. En la revisión se incluyeron seis ensayos de prevención primaria en los que participaban 95.000 personas de bajo riesgo y seis ensayos en prevención secundaria con 17.000 personas con alto riesgo.
Los resultados mostraron que en los casos de prevención primaria la aspirina reducía los ya pequeños riesgos de episodios cardiovasculares en alrededor de un 12 por ciento sobre todo debido a la reducción de los ataques cardiacos no mortales. Se produjo una diferencia no significativa en el caso del ictus o en la mortalidad vascular pero el pequeño riesgo de hemorragias internas aumentó alrededor de un tercio en quienes tomaban aspirina.
En los estudios de prevención secundaria, donde las personas ya habían sufrido un ictus o ataque cardiaco y tenían un importante riesgo de sufrir episodio, la aspirina redujo el riesgo de episodios vasculares graves en alrededor de una quinta parte y estos beneficios superaron cualquier pequeño riesgo extra por hemorragias.
En ambos conjuntos de ensayos, las disminuciones proporcionales en los episodios vasculares fueron similares entre hombres y mujeres. Los autores concluyen que los estudios existentes no parecen justificar la rutina de proporcionar aspirina a las personas sanas por encima de un nivel de riesgo moderado de enfermedad cardiaca coronaria.
Según explica Baigen, "la seguridad de los fármacos es muy importante cuando se hacen recomendaciones a decenas de millones de personas sanas. No tenemos pruebas claras de que, en el caso de las personas sanas, los beneficios a largo plazo de la aspirina superen a los riesgos en un margen adecuado. Su eficacia es incierta por lo que los cálculos de rentabilidad son irrelevantes".