MADRID 29 Abr. (EUROPA PRESS) -
El uso prolongado de ciertos fármacos hormonales progestágenos se asocia con un mayor riesgo de desarrollar un tipo de tumor cerebral conocido como meningioma intracraneal, según un estudio francés publicado por 'The BMJ'.
Los investigadores dicen que este estudio es el primero en evaluar el riesgo asociado con los progestágenos utilizados por millones de mujeres en todo el mundo, y se necesitan urgentemente más estudios para comprender mejor este riesgo.
Los progestágenos son similares a la hormona natural progesterona, que se utilizan ampliamente para afecciones ginecológicas como la endometriosis y el síndrome de ovario poliquístico, y en la terapia hormonal y anticonceptivos de la menopausia.
Los meningiomas son en su mayoría tumores no cancerosos en las capas de tejido (meninges) que cubren el cerebro y la médula espinal. Factores como la edad avanzada, el sexo femenino y la exposición a tres dosis altas de progestágenos (nomegestrol, clormadinona y acetato de ciproterona) aumentan el riesgo de meningioma.
Pero hay muchos otros progestágenos para los cuales no se ha estimado individualmente el riesgo de meningioma asociado con su uso.Para abordar esta brecha de conocimiento, los investigadores se propusieron evaluar el riesgo en la vida real de que un meningioma intracraneal requiera cirugía en mujeres asociado con el uso de varios progestágenos con diferentes vías de administración.
Utilizaron datos del sistema nacional de datos de salud francés (SNDS) de 18.061 mujeres (edad promedio de 58 años) que se sometieron a cirugía de meningioma intracraneal entre 2009 y 2018.Cada caso se comparó con cinco mujeres de control sin meningioma intracraneal (un total de 90.305) por año de nacimiento y área de residencia.
Los progestágenos examinados fueron los sistemas intrauterinos de progesterona, hidroxiprogesterona, didrogesterona, medrogestona, acetato de medroxiprogesterona, prometestona, dienogest y levonorgestrel.Para cada progestágeno, el uso se definió como al menos una prescripción en el año anterior al ingreso hospitalario o dentro de los 3 a 5 años para los sistemas intrauterinos de levonorgestrel. También se registró el uso de al menos uno de los tres progestágenos en dosis altas que se sabe aumentan el riesgo de meningioma en los 3 años previos al ingreso hospitalario para minimizar el sesgo.
Después de tener en cuenta otros factores potencialmente influyentes, el uso prolongado (un año o más) de medrogestona se asoció con un riesgo 4,1 veces mayor de meningioma intracraneal que requiriera cirugía. El uso prolongado de la inyección de acetato de medroxiprogesterona se asoció con un riesgo 5,6 veces mayor, y el uso prolongado de promegestona se relacionó con un riesgo 2,7 veces mayor.No pareció existir tal riesgo durante menos de un año de uso de estos progestágenos.
Como se esperaba, también hubo un riesgo excesivo de meningioma en las mujeres expuestas al acetato de clormadinona, acetato de nomegestrol y acetato de ciproterona, todos los cuales se sabe que aumentan el riesgo de meningioma.
Sin embargo, los resultados no mostraron un riesgo excesivo de meningioma para la progesterona, la didrogesterona o los sistemas intrauterinos hormonales ampliamente utilizados, independientemente de la dosis de levonorgestrel que contenían. No se pudieron sacar conclusiones sobre el dienogest o la hidroxiprogesterona ya que el número de personas expuestas fue demasiado pequeño.
Se trata de un estudio observacional, por lo que no se puede establecer causa y efecto, y los autores reconocen que la base de datos SNDS carecía de información sobre todos los detalles clínicos y las indicaciones médicas para las que se recetan progestágenos. Tampoco pudieron explicar la predisposición genética y la exposición a altas dosis de radiación.
Sin embargo, dicen, dado que se estima que 74 millones de mujeres en todo el mundo utilizan el acetato de medroxiprogesterona como método anticonceptivo, el número de meningiomas atribuibles puede ser potencialmente alto. Por ello, concluyen que se necesitan urgentemente más estudios que utilicen otras fuentes de datos para comprender mejor este riesgo.