Asocian la práctica de ejercicio a un 25% menos de riesgo de Parkinson

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Actualizado: martes, 23 mayo 2023 9:06

MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -

Hacer ejercicio regularmente, como montar en bicicleta, caminar, trabajar en el jardín, limpiar y participar en deportes, puede disminuir el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson, según una nueva investigación publicada en la edición en línea de 'Neurology', la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.

El estudio halló que las participantes femeninas que hacían más ejercicio tenían una tasa un 25% menor de enfermedad de Parkinson en comparación con las que hacían menos ejercicio. El estudio no prueba que el ejercicio reduzca el riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson, sino que muestra una asociación, advierten los investigadores.

"El ejercicio es una manera de bajo costo para mejorar la salud en general, por lo que nuestro estudio trató de determinar si puede estar vinculado a un menor riesgo de desarrollar la enfermedad de Parkinson, una enfermedad debilitante que no tiene cura --explica el autor del estudio Alexis Elbaz, del Centro de Investigación Inserm en París (Francia). --Nuestros resultados proporcionan evidencia para planificar intervenciones para prevenir la enfermedad de Parkinson".

El estudio incluyó a 95,354 participantes femeninas, en su mayoría maestras, con una edad promedio de 49 años que no tenían la enfermedad de Parkinson al inicio del estudio. Los investigadores siguieron a las participantes durante tres décadas durante las cuales 1,074 participantes desarrollaron la enfermedad de Parkinson.

En el transcurso del estudio, los participantes completaron hasta seis cuestionarios sobre los tipos y cantidades de actividad física que realizaban. Se les preguntó cuánto caminaban y cuántos tramos de escaleras subían diariamente, cuántas horas dedicaban a las actividades domésticas, así como cuánto tiempo dedicaban a actividades recreativas moderadas, como la jardinería, y a actividades más vigorosas, como los deportes.

Los investigadores asignaron a cada actividad una puntuación basada en el equivalente metabólico de una tarea (MET), una forma de cuantificar el gasto energético. Para cada actividad, los MET se multiplicaron por su frecuencia y duración para obtener una puntuación de actividad física de MET-horas por semana.

Por ejemplo, una forma más intensa de ejercicio como montar en bicicleta equivalía a seis MET, mientras que formas menos intensas de ejercicio como caminar y limpiar equivalían a tres MET. El nivel medio de actividad física de los participantes era de 45 MET-horas semanales al inicio del estudio.

Los participantes se dividieron en cuatro grupos iguales de algo más de 24.000 personas cada uno. Al inicio del estudio, los del grupo más alto tenían una media de actividad física de 71 MET-horas semanales. Los del grupo más bajo tenían una puntuación media de 27 MET-horas semanales.

Entre los participantes del grupo de mayor ejercicio, hubo 246 casos de enfermedad de Parkinson o 0,55 casos por cada 1.000 personas-año, en comparación con 286 casos o 0,73 por cada 1.000 personas-año entre los participantes del grupo de menor ejercicio. Los años-persona representan tanto el número de personas en el estudio como la cantidad de tiempo que cada persona pasa en el estudio.

Después de ajustar por factores como el lugar de residencia, la edad de la primera menstruación y el estado menopáusico, y el tabaquismo, los investigadores encontraron que aquellos en el grupo de mayor ejercicio tenían una tasa 25% menor de desarrollar la enfermedad de Parkinson que aquellos en el grupo de menor ejercicio cuando la actividad física fue evaluada hasta 10 años antes del diagnóstico; la asociación se mantuvo cuando la actividad física fue evaluada hasta 15 o 20 años antes del diagnóstico.

Los resultados fueron similares después de ajustar por dieta o condiciones médicas tales como presión arterial alta, diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Los investigadores también encontraron que 10 años antes del diagnóstico, la actividad física declinaba a un ritmo más rápido en aquellos con enfermedad de Parkinson que en aquellos sin ella, probablemente debido a los síntomas tempranos de la enfermedad de Parkinson.

"Con nuestro gran estudio, no sólo encontramos que las participantes femeninas que hacen más ejercicio tienen una menor tasa de desarrollar la enfermedad de Parkinson, sino que también demostramos que los síntomas tempranos de la enfermedad de Parkinson eran poco probables de explicar estos hallazgos, y en cambio que el ejercicio es beneficioso y puede ayudar a retrasar o prevenir esta enfermedad --señala Elbaz--. Nuestros resultados apoyan la creación de programas de ejercicio para ayudar a disminuir el riesgo de la enfermedad de Parkinson".