MADRID, 1 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los resultados de un nuevo estudio de seguimiento de 65 años de casi 7.000 pacientes noruegos con esclerosis múltiple (EM) sugieren que esos pacientes pueden tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer que la población general, especialmente cáncer en el sistema respiratorio, los órganos urinarios y el sistema nervioso central.
Presentado en el 5 Congreso de la Academia Europea de Neurología (EAN) en Oslo (Noruega), el estudio también indica un mayor riesgo de desarrollar cánceres hematológicos en hermanos sin EM de pacientes con EM, en comparación con los pacientes con EM y la población general.
Este análisis a largo plazo se basó en los registros de 6.883 pacientes con EM nacidos entre 1930 y 1979 en Noruega. El análisis también incluyó datos de 8.918 hermanos sin EM y 37.919 individuos sin EM.
"Este estudio es el primero en comparar el riesgo de cáncer en hermanos no afectados de pacientes con EM. La evaluación del riesgo entre estos dos grupos es extremadamente importante porque comparten la misma genética y condiciones ambientales", señala la doctora Nina Grytten, investigadora principal de el estudio, del Hospital Universitario de Haukeland, Bergen, quien ha presentado los resultados en el congreso EAN.
"Los estudios clínicos previos sobre el riesgo de cáncer en pacientes con EM en varios países han mostrado resultados inconsistentes, por lo que se necesitan más investigaciones para ayudar a mejorar nuestra comprensión en esta área --afirma la doctora Grytten-. Esta investigación describe la necesidad de una mayor conciencia del riesgo de cáncer entre los pacientes con EM, lo que debería conducir a un diagnóstico precoz del cáncer y una terapia más efectiva para mejorar los resultados y la supervivencia".
Además, consideran necesarias más investigaciones para identificar las posibles conexiones entre el cáncer hematológico y la esclerosis múltiple y nuevas formas en que podríamos manejar estas condiciones", agrega.
Según la doctora Grytten, los resultados de la investigación podrían sugerir que la EM y el cáncer hematológico podrían compartir una etiología común, que puede ser importante para el tratamiento futuro de la EM y la prevención de ambas enfermedades.