MADRID 7 Feb. (EUROPA PRESS) -
Las personas con asma grave que dependen de la esteroides, concretamente de la prednisona, son más de tres veces más propensas a estar deprimidas que las que tienen casos graves y que no tienen esta dependencia, según ha mostrado un estudio realizado en los Países Bajos.
En concreto, la prednisona es un medicamento antiinflamatorio esteroide utilizado para tratar los ataques de asma, a menudo entre las personas con síntomas severos. De hecho, investigaciones anteriores ya han relacionado el uso de esteroides con problemas de depresión.
Para llevar a cabo este estudio, publicado en 'Respiratory Medicine' y realizado por la doctora del departamento de Medicina Respiratoria en el Centro Médico Académico de la Universidad de Ámsterdam, Marijke Amelink, y el investigador del Instituto de Psiquiatría de la Universidad de Leiden en Leiden, Simone Hashimoto, se analizaron a 187 pacientes.
De ellos, 67 tenían asma grave dependiente de prednisona, 47 tenían asma grave no dependiente de la prednisona y otros 73 pacientes tenían asma leve a moderada. La edad de los participantes fue similar en los tres grupos, aunque los pacientes tratados con prednisona eran algo mayores y tenían más limitaciones para respirar.
De esta forma, los expertos mostraron que los pacientes con asma grave dependientes de prednisona eran 3,4 veces más propensos a deprimirse que los pacientes no dependientes de prednisona con asma grave, y 3,5 veces más propensos a tener depresión que los pacientes que tenían asma leve a moderada.
Además, los pacientes dependientes de prednisona también eran 2,5 veces más propensas a padecer ansiedad en comparación con los pacientes con síntomas leves o moderados. No obstante, no hubo diferencias significativas en comparación con los asmáticos que no utilizaban este tratamiento.
En este sentido, Hashim ha comentado que el aumento del riesgo de depresión puede ser debido a la tensión del tratamiento, en lugar de a la gravedad de la enfermedad. Esto sería similar a otras enfermedades crónicas, como la diabetes, que requieren regímenes de tratamiento diario complejas.
"Tener depresión no tratada a largo plazo o la ansiedad puede conducir potencialmente a una mayor enfermedad, especialmente si afecta a la capacidad del paciente para cuidar de su salud", ha apostillado.