MADRID 5 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las personas asiáticas tienen un 38,7 por ciento de probabilidades de fallecer tras el primer año de haber sufrido un fallo cardiaco frente al 31 por ciento de las posibilidades con las que cuentan los de raza blanca, según un estudio canadiense, dado a conocer por la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Así, los resultados del estudio 'Ethnic differences in one year mortality among patients hospitalised with heart failure', elaborado por el Departamento de Medicina de la Universidad de Alberta en Edmonoton (Canadá), ha revelado que las personas de origen asiático tienen los vasos coronarios más pequeños que los europeos, lo que favorece el desarrollo de arterioesclerosis y dificulta las intervenciones invasivas. Se calcula además que el diámetro de sus vasos coronarios triplica el riesgo de trombosis y provoca más lesiones durante una angioplastia.
Por otro lado, los individuos de raza negra sufren una mayor hipertensión, lo que multiplica entre un 1,5 y un 2,5 sus probabilidades de padecer un infarto respecto a la población de raza blanca. El estudio también ha comprobado que, tanto las personas de origen asiático como las de origen africano, tienen una mayor resistencia a la insulina, lo que favorece la aparición de colesterol.
Por su parte, la 'British Heart Foundation' también ha realizado una investigación en la que ha analizado las diferencias en la prevalencia y la mortalidad por enfermedad cardiovascular entre la población británica según su origen étnico, centrándose principalmente en las personas surasiáticas y las afrocaribeñas.
Sus resultados apuntan a que los ciudadanos británicos de origen surasiático tienen un 50 por ciento más de probabilidades de fallecer por enfermedad cardiovascular que los de origen europeo.
Asimismo, según la 'British Heart Foundation', los individuos de raza negra sufren menos enfermedad cardiovascular que los caucásicos o los asiáticos, pero "la incidencia en cardiopatía isquémica es muy superior", puesto que tienen una mayor predisposición a sufrir hipertensión que, a su vez, favorece la arterioesclerosis.
"Hace ya algunos años que se han demostrado diferencias en la incidencia de la enfermedad cardiovascular según la raza. En un principio se creía que estas diferencias se debían a hábitos de vida y a cuestiones ambientales, factores que aunque sí que influyen, también se ven afectados por la genética de las personas", ha destacado el presidente electo de la SEC, el doctor José Ramón González-Juanatey.
TRATAMIENTOS ACORDE A LA RAZA
Con todo, la SEC aconseja que los afectados por esta problemática sigan un tratamiento para las enfermedades del corazón acorde a la raza y a los hábitos culturales adquiridos, lo que implica una disminución del contenido de sal en la dieta de las personas asiáticas, y un tratamiento antihipertensivo basado en diuréticos para las personas de raza negra.
"Es muy importante que todos los cardiólogos tengamos presentes las diferencias étnicas y culturales de nuestros pacientes. Así, deberemos prestar atención no solo a las diferencias fisiológicas ya comentadas, sino también a que las personas asiáticas tienen tendencia a un mayor consumo de sal, lo que favorece el desarrollo de hipertensión, y a que las personas de raza negra aceptan mejor el tratamiento antihipertensivo basado en diuréticos en lugar de en bloqueadores de la enzima convertidora de la angiotensina", recomienda González-Juanatey.