MADRID, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional de investigadores de las universidades de Western Sydney, Harvard, Kings College, Oxford y Manchester (Reino Unido) han evidenciado que Internet puede producir alteraciones agudas y sostenidas en áreas específicas de la cognición, que pueden reflejar cambios en el cerebro, afectando a las capacidades de atención, memoria e interacciones sociales.
"El flujo ilimitado de avisos y notificaciones nos anima a mantener constantemente una atención dividida, lo que a su vez puede disminuir nuestra capacidad para mantener la concentración en una sola tarea. Además, dado que ahora tenemos la mayor parte de la información del mundo literalmente al alcance de la mano, esto tiene el potencial de empezar a cambiar la forma en que almacenamos, e incluso valoramos, los hechos y el conocimiento en la sociedad", explican los científicos en su informe, que se ha publicado en la revista 'World Psychiatry'.
El autor principal del trabajo, Joseph Firth, apunta que, aunque se necesita más investigación, evitar los posibles efectos negativos podría ser tan simple como garantizar que los niños no se pierdan otras actividades cruciales del desarrollo, como la interacción social y el ejercicio, dedicando demasiado tiempo a los dispositivos digitales.
Para ayudar en esta tarea, recuerda que hay una multitud de aplicaciones y programas de software para restringir el uso de Internet y el acceso en teléfonos inteligentes y ordenadores, que los padres pueden utilizar para establecer algunas reglas sobre el tiempo que dedican a los dispositivos personales y también sobre los tipos de contenido que consumen.
"Además de esto, también es importante hablar con los niños sobre cómo les afecta su vida 'on line', con el fin de identificar a los que corren el riesgo de sufrir acoso cibernético, conductas adictivas o incluso abusos, y de este modo posibilitar una intervención oportuna para evitar resultados adversos", comenta el científico.
Otro de los autores, Jerome Sarris, se muestra "preocupado" por algunos de los impactos potenciales del creciente uso de Internet en el cerebro. "El bombardeo de estímulos y la atención dividida presenta una serie de preocupaciones. Creo que esto, junto con la creciente 'instagramización' de la sociedad, tiene la capacidad de alterar tanto la estructura como el funcionamiento del cerebro, mientras que potencialmente también cambia nuestro tejido social", alerta.