Así es la comunicación entre el cerebro y el cuerpo que impulsa el envejecimiento y la depresión

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Depresión - PIRANKA/ISTOCK
Actualizado: miércoles, 30 julio 2025 8:56

   MADRID, 30 Jul. (EUROPA PRESS) -

   El doctor Hamilton Se-Hwee Oh, del Instituto Cerebro-Cuerpo del Monte Sinaí (Estados Unidos), revela en una extensa entrevista de Genomic Press publicada en 'Brain Medicine', conocimientos innovadores sobre el complejo diálogo entre nuestro cerebro y nuestro cuerpo, que condiciona fundamentalmente el envejecimiento, la depresión y las enfermedades neurodegenerativas.

   El experto conecta múltiples disciplinas científicas para descifrar mecanismos que podrían transformar los enfoques de tratamiento para millones de personas que padecen trastornos neuropsiquiátricos.

   El concepto de "sonder" despertó la fascinación del doctor Oh por la biología durante la secundaria. Esta profunda comprensión de que cada persona experimenta la vida de forma tan vívida y compleja como la nuestra lo llevó a maravillarse de cómo billones de células se coordinan para crear experiencias emocionales y subjetivas enriquecedoras.

   Su camino científico cobró impulso a través de su experiencia personal al ser diagnosticado con una rara enfermedad renal crónica y presenciar el dolor abdominal persistente e inexplicable de su mejor amigo.

   "Esperaba que, al estudiar el complejo funcionamiento interno de la vida, algún día pudiera contribuir a curar las afecciones que causan un sufrimiento tan profundo y a menudo invisible", explica el doctor Oh en la entrevista. Esta motivación personal impulsa su investigación actual, que examina cómo las células inmunitarias y los órganos metabólicos amplifican o atenúan los síntomas del estado de ánimo.

   Durante su doctorado en Stanford (Estados Unidos) logró avances notables que transformaron la comprensión científica del envejecimiento humano. Su investigación demostró que los órganos humanos envejecen a ritmos radicalmente diferentes, con profundas implicaciones para la susceptibilidad a las enfermedades.

   Estos hallazgos, publicados en tres artículos de primera autoría en ‘Nature’ y ‘Nature Medicine’, revelan por qué algunas personas desarrollan enfermedades cardíacas mientras que otras sufren neurodegeneración a pesar de tener edades cronológicas similares.

   Quizás lo más significativo es que el doctor Oh identificó biomarcadores sinápticos en el líquido cefalorraquídeo capaces de predecir la aparición de la demencia por Alzheimer años antes de que se manifiesten los síntomas clínicos. Este descubrimiento abre la posibilidad de estrategias de intervención temprana que podrían alterar la evolución de la enfermedad.

UNA DEPRESIÓN, MÁS QUE QUÍMICA CEREBRAL

    La investigación actual del doctor Oh en el Monte Sinaí investiga la comunicación bidireccional entre el cerebro y los órganos periféricos. Su trabajo revela que la depresión implica mucho más que la química cerebral.

   Mediante la integración de la proteómica humana a gran escala, la transcriptómica unicelular y modelos animales mecanicistas, demuestra cómo el estrés psicológico acelera el envejecimiento orgánico, mientras que las señales moleculares periféricas reconfiguran los circuitos neuronales que afectan el estado de ánimo y la cognición.

   Este enfoque multidisciplinario sitúa esta investigación a la vanguardia del desarrollo de la medicina de precisión. Su investigación examina las huellas moleculares de intervenciones como el ejercicio y la terapia con ketamina, buscando comprender por qué ciertos tratamientos funcionan para ciertas personas y no para otras.

    La evolución científica del doctor Oh refleja cambios más amplios en la investigación biomédica. Inicialmente atraído por la investigación con células madre en la UCLA (Estados Unidos) por su potencial regenerativo, observó la aparición de inflamación en diversas enfermedades, desde el cáncer hasta las cardiopatías. Esta observación lo llevó a estudiar las células madre hematopoyéticas, investigando cómo los factores de transcripción regulan el desarrollo del sistema inmunitario.

   Su transición al estudio de las interacciones cerebro-inmune surgió al reconocer que las señales ambientales externas influyen profundamente en la identidad y la función celular. Esta perspectiva sistémica guía ahora su investigación sobre cómo los órganos metabólicos y las células inmunitarias configuran los estados emocionales y la función cognitiva.

   Las implicaciones de la investigación del doctor Oh van más allá del descubrimiento académico. Al revelar cómo proteínas y metabolitos específicos se relacionan con la conducta depresiva, su trabajo identifica nuevas dianas terapéuticas.

   Comprender los patrones diferenciales de envejecimiento orgánico podría permitir intervenciones dirigidas a las causas profundas, en lugar de solo a los síntomas. Su investigación sobre el ejercicio y los mecanismos moleculares de la ketamina proporciona marcos para el desarrollo de tratamientos de nueva generación.

   El trastorno depresivo mayor afecta a múltiples sistemas corporales; sin embargo, los tratamientos actuales se centran principalmente en los neurotransmisores cerebrales. Los hallazgos del doctor Oh sugieren que las terapias eficaces podrían abordar la inflamación periférica, la disfunción metabólica y los procesos de envejecimiento específicos de cada órgano.

   Más allá de sus contribuciones a la investigación, el doctor Oh aboga por la transformación de las prioridades de financiación científica. Señala que, si bien los científicos celebran el pensamiento no convencional y los descubrimientos innovadores, las agencias de financiación suelen favorecer la investigación incremental con datos preliminares sustanciales. Esta discrepancia puede limitar los descubrimientos transformadores que requieren una exploración de alto riesgo.

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