MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
Las personas necesitamos dormir la tercera parte del día, o sea, unas 8 horas más o menos, aunque no existe una norma clara; de hecho, hay personas que con 6 horas pueden llevar un día perfectamente normal y no sentirse cansados y sí a pleno rendimiento, mientras que otras en cambio necesitan dormir 10 horas. Sin embargo, independientemente de lo que necesitemos dormir, lo cierto es que existe un número de horas necesarias para que el organismo (a la larga) funcione corectamente.
Ahora, una investigación dirigida por el director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), Valentín Fuster, y cuyo autor principal ha sido el investigador del CNIC y director de Nutrición y Genómica en el Centro de Investigación de Nutrición sobre el Envejecimiento Jean Mayer Human-USDA en la Universidad de Tufts (Estados Unidos), José M. Ordovás, muestra que las personas que duermen menos de seis horas pueden tener un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular, en comparación con aquellas que lo hacen entre siete y ocho horas.
El estudio ha utilizado técnicas de imagen para detectar la prevalencia y la tasa de progresión de las lesiones vasculares subclínicas en una población con una edad media de 46 años. Todos los participantes estaban libres de enfermedad cardiaca conocida y dos tercios eran varones y usaron durante siete días un actígrafo, un pequeño dispositivo que mide de forma continua la actividad o el movimiento, para medir las características del sueño.
Asimismo, los participantes (3.974) se dividieron en cuatro grupos: los que dormían menos de seis horas, de seis a siete horas, de siete a ocho horas y los que dormían más de ocho horas. Además, se sometieron a ecografías cardíacas en 3D y tomografías computarizadas (TC) para detectar la presencia de enfermedades cardíacas
De esta forma, el trabajo, publicado en 'The Journal of American College of Cardiology', descubrió, después de considerar los factores de riesgo tradicionales para la enfermedad cardiaca, que los participantes que dormían menos de seis horas tenían una probabilidad de un 27 por ciento mayor de tener aterosclerosis en todo el organismo, en comparación con los que lo hacían de siete a ocho horas.
Del mismo modo, aquellos que tenían una mala calidad de sueño tenían una probabilidad de un 34 por ciento mayor de tener aterosclerosis, en comparación con aquellos que tenían una buena calidad de sueño. "La medicina está entrando en una fase fascinante. Hasta ahora hemos tratado de entender las enfermedades cardiovasculares, pero, gracias a estudios como 'PESA CNIC- Santander', estamos comenzando a entender la salud", ha comentado Fuster.
EL SUEÑO, UNA HERRAMIENTA MÁS PARA COMBATIR LAS ENFERMEDADES DEL CORAZÓN
Y es que, según ha recordado Ordovás, desde hace años se sabía la relación entre una buena nutrición y la salud cardiovascular, sin embargo no había tanta información acerca de la relación entre el sueño y la salud cardiovascular.
"Las enfermedades cardiovasculares son un gran problema mundial. Actualmente estamos previniendo y tratando a las personas afectadas con diferentes métodos fármacos, actividad física y dieta. No obstante, los resultados de este nuevo estudio enfatizan que debemos incluir al sueño como una 'herramienta' más para combatirlas. Este es el primer estudio que muestra que el sueño medido objetivamente está asociado de manera independiente con la aterosclerosis en todo el organismo, no solo en el corazón", ha dicho Ordovás.
Estudios previos ya han demostrado que la falta de sueño aumenta el riesgo de enfermedad cardiovascular al incrementar los factores de riesgo de la enfermedad cardiaca, como los niveles de glucosa, la presión arterial, la inflamación y la obesidad.
Ahora, los expertos han visto que aquellos que dormían menos de 6 horas al día o tenían un sueño "muy fragmentado y de mala calidad" tenían más placas de colesterol, en comparación con aquellos que dormían más horas o tenían un sueño menos fragmentado. "En conclusión, la duración y la calidad del sueño son de vital importancia para la salud cardiovascular", ha zanjado Fernando Domínguez, primer autor del artículo.