MADRID, 30 Sep. (INFOSALUS) -
La apnea obstructiva es un trastorno respiratorio del sueño en el que se producen pequeñas pausas respiratorias que alteran la estructura del sueño y que producen su fragmentación. Las pausas respiratorias ocasionan un descenso en sangre del oxígeno y se pueden ver alteradas la tensión arterial o el corazón y repercutir a distintos niveles sobre el organismo.
APNEA DEL SUEÑO Y OBESIDAD
Según explica a Infosalus la doctora Mari Luz Alonso, miembro de la Sociedad Española del Sueño y especialista de la Unidad Multidisciplinar del Sueño del Hospital Universitario de Burgos, en el adulto la apnea respiratoria está muy asociada a la obesidad mientras que en los niños sanos se asocia con hipertrofia de amígdala y vegetaciones, la edad de inicio más frecuente es entre los 3 y los 7 años y puede estar presente en entre un 2% y un 4% de la población.
Además, el aumento de la obesidad infantil en los niños españoles ha incrementado el número de casos de apnea del sueño en los menores, así el estudio multicéntrico de la Sociedad Española del Sueño (Estudio NANOS) alerta de una prevalencia de hasta el 30% del trastorno en niños con obesidad.
En los adultos, los síntomas de la apnea del sueño son la somnolencia diurna y el cansancio mientras que en el niño las repercusiones son distintas ya que sus manifestaciones son más variadas. Existen niños que pueden mostrar este cansancio y somnolencia frecuente en los adultos pero sin embargo otros pueden encontrarse más hiperactivos e irritables durante el día.
Sin embargo, la doctora señala que los efectos de la apnea del sueño en población pediátrica pueden ser muy graves debido a que interfieren con su desarrollo madurativo, cognitivo y cardiovascular. "El infradiagnóstico se convierte así en un problema de salud con importantes repercusiones ya que estos niños son los jóvenes y los adultos del futuro con todo lo que ello conlleva para la salud pública", señala la doctora.
EL RONQUIDO, EL SÍNTOMA MÁS APARENTE DE LA APNEA DEL SUEÑO
Los síntomas más relevantes que suelen llevar a los padres a consultar son los ronquidos y las pausas respiratorias nocturnas. Las anginas y las vegetaciones, aunque originan el trastorno en niños sanos, no siempre dan lugar a apnea del sueño. La obesidad, un factor de riesgo por sí mismo para que los niños sufran apnea del sueño, hace más probable que aquellos menores con anginas aumentadas padezcan el trastorno.
"Aunque el sueño nocturno de los padres pudiera evitar escuchar los ronquidos y las pausas en la respiración infantil, si existe un bajo desarrollo pondero-estatural, obesidad o se detecta ronquido en el niño habría que tener en cuenta la posibilidad de que se trate de apnea del sueño", apunta la doctora.
El diagnóstico se realiza mediante un estudio del sueño nocturno a través de una polisomnografía o poligrafía respiratoria, técnicas que también se emplean en los adultos. No existe tratamiento farmacológico para la apnea del sueño pero en el menor se intervienen quirúrgicamente las anginas y las vegetaciones que interfieren con la respiración durante el sueño.
Tanto el diagnóstico como el tratamiento de la apnea del sueño en los niños están regidos por protocolos médicos recogidos por una guía de práctica clínica europea y también española. A diferencia del trastorno en los adultos, su detección y tratamiento precoz puede conseguir que las repercusiones en el desarrollo, crecimiento y rendimiento escolar de los niños puedan corregirse y revertir.
"Hay que estar muy atentos en lo que se refiere a los trastornos respiratorios del sueño en los niños y ante cualquier sospecha derivar al menor a una Unidad de Medicina del Sueño y no sólo tener en cuenta el indicador pondero-estatural de freno en el desarrollo sino también la existencia de obesidad", concluye la doctora.