MADRID, 7 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un trabajo de simulación ha puesto de manifiesto el potencial riesgo de conducir que presentan los pacientes con síndrome de apnea obstructiva del sueño (OSAS, por sus siglas en inglés). El trabajo, realizado por los doctores Akshay Dwarakanath y Mark Elliott, del Hospital de la Universidad St. James, en Leeds, Reino Unido, y colegas, se presenta este miércoles en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea, que se celebra en Londres.
Algunos pacientes con OSAS tienen mayor riesgo de estar involucrados en accidentes de tráfico, pero existe una variación significativa en los consejos dados por los médicos sobre este tema. En este estudio, se utilizó la desviación estándar de la posición en el carril (SDLP, por sus siglas en inglés) en un simulador de conducción para tratar de identificar el riesgo potencial y crear un modelo para su uso en casos futuros.
Se recogieron varios datos de pacientes, como su puntuación en la escala de somnolencia Epworth (ESS, por sus siglas en inglés), una puntuación de somnolencia validada para evaluar la somnolencia subjetiva, y su índice de desaturación de oxígeno (ODI, por sus siglas en inglés), una medida de la gravedad de su OSAS.
Completaron un cuestionario antes de realizar la conducción en el ejercicio de simulación un total de 129 pacientes con OSAS no tratados (con una edad media de 53 años, 14 en ESS, 41 en ODI, índice de masa corporal de 36 y 31 años con licencia de conducción) y 79 controles (con una edad media de 56 años, 4 en ESS, índice de masa corporal de 28 y 34 años con carnet de conducir).
Los controles realizaron la prueba del simulador de conducción una vez, mientras que los pacientes con OSAS la hicieron en dos ocasiones. El resultado del simulador se basó en criterios preestablecidos, con tres resultados posibles: aprobado, intermedio y suspenso.
MÁS CABECEOS Y SOMNOLENCIA
Los pacientes con OSAS, en comparación con los controles, registraron más episodios de cabeceo, reconocieron una alta probabilidad de somnolencia durante la conducción, y eran menos propensos a superar la prueba (31 por ciento frente a 53 por ciento) y más propensos a suspender (20 frente a 0 por ciento) que los controles. En los controles, el 53 por ciento superó la prueba; el 47 por ciento estaba en un puesto intermedio y ninguno suspendió, mientras que en el grupo de los pacientes, el 31 por ciento la pasó; el 49 por ciento estaba en un nivel intermedio y el 20 por ciento no la superó.
La desviación del carril fue significativamente peor en los que no pasaron la prueba. "Una peor desviación en la posición en el carril es un marcador de mal rendimiento en la conducción y esto es significativamente peor en los pacientes con OSAS que no pasan el simulador, en comparación con los controles. Compararles con los controles puede ser útil para asesorar a los pacientes si tienen un mayor riesgo de accidente", explican los autores.
"La definición de un rango normal basado en una combinación de eventos en tiempo real, el rendimiento en el simulador y el resultado es una promesa y un paso adelante hacia el desarrollo de una prueba objetiva para evaluar el riesgo en pacientes con OSAS", afirman los investigadores.
Y añaden que en promedio, los pacientes con OSAS no tratados se encuentran en entre dos a seis veces más de riesgo de accidentes de tráfico en comparación con los controles. "También hemos demostrado que cabecear al volante y reconocer somnolencia al volante son más probables en pacientes que en los controles -destaca el doctor Elliott--. Por el momento, no existen instrumentos validados para evaluar este aspecto".
Entre el 2 y el 4 por ciento de la población general sufre OSAS, por lo que los científicos consideran que es vital que existan pruebas objetivas para garantizar la seguridad de las personas que conducen y otros usuarios de la carretera. Según Elliott, los criterios actuales para las recomendaciones a estos pacientes son "arbitrarios y vagamente basados en la evidencia y tienen el potencial de evitar que una gran cantidad de personas conduzcan aunque es seguro que lo hagan".
"Esto tiene importantes implicaciones potenciales para la sociedad y la economía. Por ejemplo, el OSAS es más común en las personas con sobrepeso y, los camioneros tienen sobrepeso; si se les impide conducir innecesariamente esto tiene implicaciones importantes para ellos y sus empleadores", concluyen. A su juicio, tener una prueba objetiva supondría una ventaja real.