MADRID 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
El próximo miércoles 4 de febrero se celebra el Día Mundial del Cáncer, una enfermedad con una elevada prevalencia y mortalidad cuyo riesgo de padecerla puede estar relacionado con diferentes enfermedades como la apnea del sueño, la obesidad o trastornos neurodegenerativos.
Así se desprende de las diferentes investigaciones realizadas por los centros de Investigación Biomédica en Red (CIBER), dependientes del Instituto de Salud Carlos III, que buscan factores de riesgo y nuevas terapias innovadoras frente a diferentes tumores.
De este modo, el CIBERES, centrado en el área de Enfermedades Respiratorias, ha publicado durante 2014 tres artículos que relacionan el síndrome de apnea obstructiva del sueño con el cáncer.
En uno de ellos, se han estudiado más de 4.000 pacientes durante 4,5 años y se ha observado una clara asociación entre la apnea y la mortalidad por cáncer, particularmente en pacientes jóvenes. Y otro estudio multicéntrico español demuestra que hay una clara asociación entre la severidad del melanoma cutáneo y la gravedad de la apnea.
Asimismo, una investigación realizada en colaboración con la Universidad de Chicago ha mostrado que, en un modelo animal de cáncer, la falta de oxígeno en sangre (hipoxia) intermitente asociada a la apnea produce un aumento del crecimiento tumoral relacionado con la actividad del sistema inmune.
Por su parte, un trabajo del Ciber de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) ha evidenciado en un reciente estudio que el 38,4 por ciento de las mujeres diagnosticadas de cáncer de mama presentaban obesidad, un porcentaje mayor que el del conjunto de la población femenina española (el 15,7%) en el 2006, cuando fueron diagnosticadas las pacientes estudiadas.
Estos resultados junto con otros datos observados en otras poblaciones europeas y americanas revelan que la obesidad es un factor de riesgo importante en el cáncer de mama y en otros numerosos tipos de cáncer.
Por tanto, dado el incremento exponencial en la prevalencia de la obesidad que no presenta signos de ser combatida a corto plazo, desde el CIBEROBN se trabaja en la búsqueda de los posibles mecanismos moleculares por los cuales la obesidad incrementa la aparición de cáncer y en encontrar terapias que permitan prevenir el desarrollo de tumores en las personas con exceso de peso.
TAMBIÉN HAY ENFERMEDADES QUE PUEDEN PROTEGER FRENTE A ALGUNOS TUMORES
Y si la apnea o la obesidad aumentan el riesgo de cáncer, el trabajo del Ciber de Salud Mental, el CIBERSAM, ha detectado que hay enfermedades neurodegenerativas que pueden reducir la probabilidad de que aparezca.
Su trabajo se centra en enfermedades del cerebro y del sistema nervioso como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis lateral amiotrófica, la enfermedad de Huntington, la esclerosis múltiple, el síndrome de Down, la esquizofrenia y los trastornos del espectro autista.
Y varios de sus grupos han demostrado que la presencia de determinadas enfermedades del cerebro y del sistema nervioso, especialmente las que tienen un componente neurodegenerativo, está asociada a la disminución del riesgo a sufrir cáncer.
El ejemplo más llamativo es el de la enfermedad de Alzheimer, en la que los investigadores encuentran una reducción significativa del 50 por ciento del riesgo de cáncer. Los autores consideran que deben existir factores diversos que expliquen este efecto protector como los estilos de vida, la medicación o los genéticos.
BUSCANDO GENES ASOCIADOS
Por otro lado, el Ciber de Enfermedades Hepáticas y Digestivas (CIBEREHD) realiza investigaciones en cáncer gastrointestinal, como los proyectos cooperativos de cribado de cáncer colorectal, y los de desarrollo de biomarcadores para su detección precoz y su predicción genética.
En cáncer hepático, investigadores de este grupo lideran estudios multicéntricos para su caracterización genética con el desarrollo de firmas moleculares (conjunto de los genes alterados) que permiten valorar el riesgo de desarrollar cáncer así como vincular estas anomalías al pronóstico y al tratamiento.
Asimismo, están evaluando estrategias de tratamiento de cáncer hepático en fase avanzada, y han contribuido a refinar y optimizar tanto los modelos de decisión en la práctica clínica habitual como las mejores terapias a aplicar en las diferentes etapas de esta enfermedad.
Del mismo modo, el proyecto NANOMETS, del Ciber de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina (CIBER-BBN) ha conseguido unir un medicamento quimioterápico a una nanopartícula diseñada a propósito para este uso mediante técnicas de nanoingeniería.
Este conjunto es capaz de introducirse en las células que son responsables de originar metástasis gracias a que puede reconocer un receptor específico. De este modo, lleva el fármaco antitumoral hasta el tejido que se pretende tratar. Los experimentos realizados en un modelo animal de cáncer colorrectal han conseguido detener el desarrollo de metástasis.