MADRID, 2 May. (EDIZIONES) -
Los seres humanos crecemos desde que somos fecundados hasta que alcanzamos la madurez. Los cartílagos de crecimiento se ubican cerca de los extremos de los huesos. Son la última parte que se endurece en los huesos de los niños. Estos ayudan a determinar la forma y la longitud del hueso maduro.
"La fisis o cartílago de crecimiento es una extensión periférica del centro de osificación primario, que produce el crecimiento longitudinal de los huesos largos. Se encuentran cerca de los extremos de los huesos y ayudan a determinar qué longitud y forma tendrá el hueso en el futuro", explica en una entrevista con Infosalus Jesús Andrés Sanz, pediatra del Centro Médico Sanitas Zaragoza.
Así, subraya que los cartílagos de crecimiento son partes del propio hueso presentes desde el nacimiento, y "es donde tiene lugar un proceso secuencial de proliferación celular, de síntesis de matriz extracelular, de hipertrofia celular, y de mineralización de la matriz ósea".
"Por lo tanto, son parte fundamental de la transformación del hueso infantil al hueso adulto. Cuando el esqueleto se acerca a su madurez disminuye el crecimiento longitudinal y la proliferación de los condrocitos, las células del cartílago de crecimiento. Durante la adolescencia se produce la 'epifisiodesis fisiológica', que cierra el cartílago de crecimiento", remarca este experto.
Concretamente, el doctor Jesús Andrés Sanz precisa que el cierre del cartílago de crecimiento se produce sobre los 13-15 años en las niñas, y en torno a los 15-17 años en los niños.
¿DE QUÉ DEPENDE EL DESARROLLO DE NUESTROS CARTÍLAGOS DE CRECIMIENTO?
En este contexto, este pediatra de Sanitas remarca que el crecimiento óseo requiere de una actividad anabólica intensa, basada fundamentalmente en la síntesis proteica: "Cualquier tipo de trastorno nutritivo o metabólico que afecte a la multiplicación y a la diferenciación celular, las síntesis de colágeno y la formación de mucopolisacáridos puede alterar el crecimiento óseo. Una alimentación inadecuada durante la primera infancia y, en especial, durante los primeros meses de vida, produce una alteración irreversible en los patrones de crecimiento".
Se necesita una actividad física para mantener un buen desarrollo del cartílago de crecimiento, tal y como resalta este especialista, a la vez que mantiene que el cartílago de crecimiento es sensible a la actividad física. "Una demanda fisiológica de actividad sobre el cartílago de crecimiento es necesaria para el alcanzar un correcto desarrollo del esqueleto", apostilla.
SENSIBLES A LAS FRACTURAS
Dado que representan la última parte que se endurece en los huesos de los niños, tal y como recuerda la Academia norteamericana de Cirujanos Ortopédicos (AAOS, por sus siglas en inglés), los cartílagos de crecimiento son "particularmente vulnerables a las lesiones y a las fracturas".
El doctor subraya en este punto que la fractura del cartílago de crecimiento requiere de una atención inmediata, porque de no ser así, podría derivar en una deformidad del hueso, o en una disminución de la longitud de crecimiento respecto a la extremidad opuesta.
Aquí recuerda el doctor que el último hueso que deja de crecer en el organismo es la clavícula. "En las niñas se produce antes el comienzo del desarrollo puberal y también son las primeras en llegar a la madurez sexual y las primeras en llegar a la talla definitiva por el cierre de los cartílagos de crecimiento, antes que en los chicos. Que tengan la regla significa que están llegando al final de la madurez sexual, aún en desarrollo, por lo que aún les queda algunos centímetros por crecer", manifiesta.
LOS HUESOS SE REGENERAN CONSTANTEMENTE
Los huesos dejan de crecer en longitud y forma, pero se regeneran constantemente. Le preguntamos a este especialista cómo lo hacen si el cartílago de crecimiento se cierra en la pubertad. "El crecimiento óseo termina con el final de la pubertad cuando se cierra el cartílago de crecimiento, es decir, se sustituye el cartílago por tejido óseo. Pero los huesos se siguen regenerando continuamente por acciones locales derivados de presión y de fuerza por el ejercicio, por ejemplo; y por acciones sistémicas, como son la influencia de las hormonas como la del crecimiento, las hormonas sexuales, la hormona tiroidea, la vitamina D y los glucocorticoides", explica el doctor de Sanitas.
Una vez terminado el crecimiento, la actividad de las células óseas se mantiene a lo largo de la vida con un constante recambio óseo: destrucción celular por los osteoclastos, y una regeneración del hueso debida a los osteoblastos; tal y como afirma el doctor Jesús Andrés Sanz.
En última instancia, este pediatra sostiene que, en general, la edad cronológica coincide con la edad ósea. "Hay ocasiones en las que hay un retraso de la edad ósea que puede deberse a enfermedad, pero si no lo es, finalmente el crecimiento sigue su curso más allá de la edad, en la que se supone que se cierra el cartílago de crecimiento. El estudio de la edad ósea a través de la radiografía del carpo izquierdo señala la madurez ósea con certeza y, de esa forma, podemos estimar la talla definitiva", concluye el especialista.
