MADRID, 1 Ene. (EDIZIONES) -
Es cada vez más conocido y aceptado que el estado de ánimo, el bienestar o malestar psicológicos, influyen en la salud física de numerosas maneras. Desde la influencia que tiene el estado psicológico en el sistema inmunológico, o la falta de autocuidado que suelen tener las personas con depresión, a la influencia del estrés en el sistema digestivo y en la tensión arterial, por ejemplo.
Es decir, una persona feliz tiene más posibilidades de mantenerse sano físicamente. Una cuestión importante en este sentido es no confundir la felicidad con la satisfacción, por un trabajo bien hecho por ejemplo, ni confundirla con el placer o con la euforia; esos estados psicológicos no son la felicidad, advierten en una entrevista con Infosalus el psicólogo Jesús Jiménez, y la psicoterapeuta María Ibáñez.
Con motivo de la publicación de su libro Aprende a resolver lo que te hace sufrir (La Esfera de los Libros), esta pareja que lidera el Centro de Psicología Introspección, resalta que hay muchas cosas que una persona debe aprender para ser feliz.
Uno de los errores más extendidos es la crítica mental. Esto se hace creyendo que uno va a mejorar si se critica y se exige. La realidad es que esta forma de proceder aumenta la inseguridad, el miedo a tomar decisiones, y el miedo a hacer las cosas mal. Otro error muy común es enfocarse en culpar a algo o a alguien, incluido a uno mismo. Culpar solo hace sufrir pero no arregla nada. Hay que reconocer los errores sin culparse, y aprender a resolver esos errores, describen estos expertos.
Otro error habitual, en su opinión, es confundir las circunstancias externas con las verdaderas causas de los conflictos, o con el malestar ya que, según defienden, las circunstancias externas pueden actuar de detonante, pero nunca son la causa profunda del malestar.
Es más, Jiménez e Ibáñez sostienen que algunas actitudes erróneas son conscientes pero se justifican con argumentos erróneos. Otras veces las personas no son del todo conscientes de esas actitudes. Por ejemplo, la búsqueda de la perfección en todo lo que se emprende, que genera una gran exigencia, estrés, frustración, o ira, en lugar de ir aprendiendo con las diferentes experiencias, subrayan.
Otra actitud muy perjudicial, según advierten, también es compararse y competir con los demás, lo cual está muy extendido. Esta actitud surge del temor a sentirse inferior a los demás y genera mucho sufrimiento. Otra actitud muy extendida y perjudicial es la autoexigencia, pensando que es la única forma de mejorar, pero la realidad es que provoca estrés y aumenta la inseguridad, añaden el psicólogo y la psicoterapeuta.
¿POR QUÉ HAY PERSONAS QUE SUFREN MÁS QUE OTRAS?
La inmensa mayoría de los seres humanos libran una batalla interior contra sus temores y sufrimiento. No es que unas personas tienden más que otras al sufrimiento, es sólo que algunos van soportando mejor esa batalla, algunos toman decisiones más acertadas, o comprenden mejor la realidad, y a otras les desbordan las circunstancias que se encuentran en la vida. Muchas veces depende de la etapa de la vida en que esa persona se encuentra. Pero no hay nadie que quiera sufrir, si se sufre es por no saber cómo resolverlo, reconocen estos expertos del Centro de Psicología Introspección.
APRENDE A RESOLVER LO QUE TE HACE SUFRIR
Con todo ello, defienden que la única manera para ser feliz de verdad es aprender a resolver lo que hace sufrir. Para resolver cualquier conflicto ven necesario abordar correctamente lo que se piensa, lo que se siente, y el comportamiento.
El condicionamiento psicológico es la base del sufrimiento y se genera con las interpretaciones erróneas que se extraen de las experiencias en la vida. Las experiencias tienen una parte cognitiva, otra emocional, y otra comportamental. Por tanto, el condicionamiento que produce el sufrimiento sólo se puede corregir atendiendo a todas las partes de la experiencia: pensamiento, emoción y comportamiento. Y cada parte ha de abordarse adecuadamente, comprendiendo su naturaleza. La parte racional reflexionando, la emocional sintiendo, la comportamental coordinada con las dos anteriores, añaden.
Asimismo, destacan que para conocerse a uno mismo hay que aprender a prestar atención y comprender la realidad correctamente, para conocerse de verdad. Se habla mucho de que hay que conocerse a sí mismo pero sin entender ni explicar cómo hacerlo, lo que acaba limitándose a especulaciones o conclusiones rápidas y sesgadas, agregan.
Por otro lado, avisan de que vivir el presente no es equivalente a felicidad, contrariamente a lo que se diga. Estar atento en el presente da la oportunidad de ser consciente y de disfrutar del bienestar si lo hay, o de aprender a resolver el malestar. Se identifica vivir el presente con ser feliz, o como forma de aceptar el malestar, lo que supuestamente lo soluciona. Lo cual es evidentemente falso, sentencian Jiménez e Ibáñez.