MADRID, 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las perspectivas de futuro del análisis de la microbiota son "extraordinarias", pues será necesario para optimizar tratamientos farmacológicos en medicina personalizada, con finalidad diagnóstica, y para evaluar los efectos de tratamientos clásicos, intervenciones nutricionales y trasplantes de microbiota, y también en medicina preventiva, ya que "un determinado tipo de microbiota puede estar indicando de forma precoz el futuro desarrollo de una patología", según el profesor Francisco A. Tomás-Barberán, del Departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos del CEBAS-CSIC.
A su juicio, la microbiota intestinal no solo correlaciona con la salud o la enfermedad, sino que puede también ser considerada como un "agente causal de obesidad, enfermedades cardiovasculares, y neurodegenerativas".
"La microbiota tiene gran relevancia en el desarrollo de la obesidad, al tiempo que se ha demostrado que puede ser el factor causal en la formación de la placa de ateroma y en el establecimiento de la diabetes. También puede afectar al tratamiento de enfermedades como el párkinson, pues metaboliza la levodopa a dopamina de manera prematura en el intestino, evitando su eficacia y produciendo efectos secundarios gastrointestinales que pueden ser muy incómodos para los enfermos", explica.
Por su parte, el laboratorio clínico tendrá un papel fundamental en el análisis del conjunto de estas bacterias o de aquellos grupos bacterianos marcadores de determinados estados patológicos. En la actualidad, estos análisis, que se basan en la secuenciación masiva de segunda y tercera generación, son todavía costosos, pero su precio ya se está reduciendo y en el futuro se espera que sean análisis de rutina en los laboratorios clínicos.
En el momento actual, como ha expresado el experto, en España estas técnicas son fundamentalmente herramientas de investigación y se encuentran disponibles en algunos laboratorios y servicios centralizados y también en laboratorios privados, siendo un campo en expansión.
Tal y como ha recordado el profesor, la microbiota intestinal se define como el conjunto de todos los microorganismos (bacterias, hongos, virus, protistas y arqueas) que habitan en el tracto gastrointestinal. "Se ha considerado que, debido a la relevancia que tienen las bacterias que colonizan el organismo, la microbiota intestinal podría ser considerada como un nuevo órgano con una capacidad metabólica similar a la del hígado", ha explicado, añadiendo que la composición de la microbiota varía con la edad y con el estado de salud.
La microbiota intestinal se nutre y es modulada por aquellos constituyentes de la dieta que no son absorbidos y utilizados por nuestro organismo. Los alimentos e ingredientes denominados probióticos favorecen el crecimiento de bacterias beneficiosas para la salud, como es el caso de las bacterias probióticas que colonizan nuestro aparato digestivo, que incluyen lactobacilos y bifidobacterias. También promueven el desarrollo de otros grupos bacterianos que se ha demostrado que pueden ser beneficiosos para la salud, disminuyendo la obesidad o la inflamación intestinal.
"En general, una dieta variada y rica en alimentos de origen vegetal con su fibra dietética y sus polifenoles hace que promovamos el crecimiento de una microbiota más saludable y una microbiota sana permitirá que disfrutemos de un mejor estado de salud por más tiempo", apostilla Tomás-Barberán.