MADRID, 27 Dic. (EUROPA PRESS) -
Un análisis genético en el que se utiliza una muestra de sangre o saliva ayuda a identificar a las personas con un alto riesgo de sufrir un ictus, tal y como han comprobado investigadores de Australia, Alemania y el Reino Unido.
En concreto, los científicos han desarrollado un puntaje de riesgo genético similar o más predictivo que los factores de riesgo comúnmente conocidos para el accidente cerebrovascular. Su trabajo sugiere además que las personas con alto riesgo genético pueden requerir medidas preventivas más intensas para mitigar el riesgo de accidente cerebrovascular que lo recomendado en las guías actuales.
La predicción del riesgo genómico, basada en la secuencia de ADN única de una persona, tiene distintas ventajas sobre los factores de riesgo establecidos, ya que podría usarse para conocer el riesgo de enfermedad desde el nacimiento. Por lo tanto, puede permitir el inicio de estrategias preventivas antes de que las personas desarrollen factores de riesgo convencionales para el accidente cerebrovascular, como la hipertensión o la hiperlipidemia.
"La secuencia del genoma humano ha revelado muchas ideas. Para enfermedades comunes, como el accidente cerebrovascular, está claro que la genética no es el destino, sin embargo cada persona tiene su propio riesgo innato de padecer una patología. El desafío ahora es cómo incorporar mejor esta información de riesgo en la práctica clínica para que la sociedad pueda vivir más saludable y durante más tiempo", han dicho los expertos, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista 'Nature Communications'.
El nuevo puntaje de riesgo genético fue significativamente mejor que el historial familiar en la predicción de un accidente cerebrovascular isquémico futuro, en la medida en que podría detectar aproximadamente 1 de cada 400 individuos con un riesgo 3 veces mayor.