MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los pacientes con esclerosis múltiple cuyos análisis de sangre revelan un NfL elevado, un biomarcador de daño nervioso, podrían ver empeorada su discapacidad uno o dos años después, según un nuevo estudio encabezado por investigadores de la Universidad de California San Francisco (Estados Unidos), publicado en la revista 'JAMA Neurology'.
El estudio es el primero en cuantificar el periodo de tiempo que precede al empeoramiento de la discapacidad en el que se produce la lesión del sistema nervioso central, dijo el coautor Ahmed Abdelhak, del Departamento de Neurología de la UCSF y del Instituto Weill de Neurociencias.
En los casos avanzados, los pacientes pueden tener movilidad limitada y sufrir espasticidad, debilidad, falta de coordinación e incontinencia. Sin embargo, los últimos avances sugieren que los síntomas más graves pueden retrasarse sustancialmente o incluso evitarse.
"Este aumento de la NfL hasta dos años antes de que aparezcan signos de empeoramiento de la discapacidad, representa la ventana en la que las intervenciones pueden prevenir el empeoramiento", afirma Abdelhak.
En el estudio, codirigido por el Hospital Universitario y la Universidad de Basilea (Suiza), los investigadores analizaron la incidencia del empeoramiento de la discapacidad, definido como seis meses o más de aumento del deterioro reflejado en una puntuación más alta en la Escala Expandida del Estado de Discapacidad.
Distinguieron entre el empeoramiento de la discapacidad con recaída, que implica síntomas residuales o la reaparición de los antiguos tras la recaída, y la progresión gradual de los síntomas sin recaída.
Los investigadores hicieron un seguimiento de los datos durante un periodo de 10 años de aproximadamente 4.000 visitas de pacientes a la UCSF, en el estudio EPIC, y de aproximadamente 9.000 visitas de pacientes a múltiples centros de Suiza, en el estudio SMSC. Juntos, los dos estudios incluyeron a casi 1.900 pacientes. Entre ellos, se identificaron 570 pacientes con discapacidad que seguía empeorando, de los cuales la mayoría eran independientes de las recaídas.
Los investigadores hallaron que los niveles elevados de NfL se asociaban con un riesgo hasta un 91% mayor de empeoramiento de la discapacidad con recaída aproximadamente un año después, y con un riesgo hasta un 49% mayor de empeoramiento de la discapacidad sin recaída casi dos años después.
"Creemos que la elevación de NfL se produce antes en el empeoramiento de la discapacidad sin recaída", señala Abdelhak. Este patrón diferente puede indicar "un proceso más prolongado que disminuye en intensidad antes del aumento de la discapacidad", añade el coautor Ari Green, director médico del Centro de Esclerosis Múltiple y Neuroinflamación de la UCSF.
"Esto concuerda con el reconocimiento de que la muerte de las células nerviosas es un proceso lento que avanza hacia la discapacidad permanente y significa que las intervenciones para proteger las células nerviosas podrían tener tiempo para detener también la discapacidad", explica.
El coautor principal Jens Kuhle, quien dirigió la cohorte suiza y es jefe del Centro de Esclerosis Múltiple en el Hospital Universitario y la Universidad de Basilea, señala que, "además de los hallazgos pioneros sobre la relación temporal entre los aumentos de NfL y la progresión gradual de la enfermedad en la EM, el estudio apoya el importante papel de NfL como marcador temprano del daño nervioso".
"La monitorización de los niveles de NfL podría detectar la actividad de la enfermedad con mayor sensibilidad que el examen clínico o el diagnóstico por imagen convencional", apunta.
En futuras investigaciones se estudiarán terapias que puedan detener la progresión durante este periodo de niveles elevados de NfL.