MADRID 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
La afectación vascular es 3 veces superior en los hombres diabéticos que en los no diabéticos y 8 veces más frecuente en las mujeres diabéticas que en las que no lo son, sin embargo el mayor riesgo atribuido a la diabetes es la amputación, llegando a ser 23 veces más frecuente en los diabéticos mayores de 65 años, que en los no diabéticos de la misma edad, ha señalado la coordinadora de la Sección de Pie Diabético de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV), la doctora Rocío Merino.
Esta experta, quien ha realizado estas declaraciones durante el 58 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular (SEACV), que se está celebrando esta semana en Barcelona, ha destacado que la infección del pie es una de las afecciones más comunes derivadas de la diabetes. En concreto, el 25 por ciento de los diabéticos que ingresa en un centro hospitalario por una infección, lo hace por una afección en las extremidades inferiores.
Por ello, en palabras de Merino, es necesario contar con equipos multidisciplinares que permitan abordajes cada vez más precisos y completos y la inclusión paulatina de nuevas terapias. "En la mayoría de las ocasiones, el primer contacto con el paciente en la consulta de cirugía vascular se produce cuando ya ha aparecido la úlcera, por tanto, el reto de los profesionales sanitarios es detectar los pies de riesgo antes de que aparezca la úlcera e intentar prevenir su aparición", ha precisado.
Para Merino existen grandes grupos de factores de riesgo como los predisponentes, los desencadenantes y los agravantes. "Entre los factores que predisponen al pie diabético, destaca la neuropatía. La afectación de las fibras sensitivas priva a los pacientes de la percepción de dolor o calor, con el consiguiente riesgo de sufrir lesiones inadvertidas", ha argumentado.
Sobre este factor predisponente actúan unos factores desencadenantes, generalmente traumatismos por roce de calzado o por zonas de hiperpresión localizada en la planta del pie o quemaduras con fuentes de calor, a menudo no percibidos por la ausencia de sensibilidad. Estos factores desencadenantes dan lugar a la aparición de la úlcera.
"Una vez que aparece la úlcera, existen unos factores agravantes, como son la isquemia o la infección, que retrasan la cicatrización de la misma y que en ocasiones puede llevar a la pérdida de la extremidad", ha puntualizado Merino.
En concreto, en el caso de la isquemia, los tres pilares de su tratamiento pasan por el control de factores de riesgo, la medicación y que el paciente camine de forma regular. A este respecto, la coordinadora de la Sección de Pie Diabético de la SEACV hace hincapié en que lo debe hacer con un calzado inadecuado.
Por otro lado, en España, no existen más de seis Unidades de Pie Diabético acreditadas. "Una unidad de este tipo no solo es eficiente, sino también eficaz", ha puntualizado Merino. Así, los expertos estiman que las Unidades de Pie Diabético podrían reducir esta incidencia hasta en un 40 por ciento.