MADRID 10 May. (EUROPA PRESS) -
Alrededor de 13,4 millones de bebés nacieron prematuros en 2020, es decir, alrededor de 1 de cada 10 bebés nacieron antes de las 37 semanas de embarazo en todo el mundo en ese año; y casi un millón murió por complicaciones relacionadas con esta circunstancia, según un nuevo informe publicado por organismos de las Naciones Unidas y sus socios.
El documento, que lleva por nombre 'Nacidos demasiado pronto: decenio de acción sobre el parto prematuro', elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) junto con PMNCH -la mayor alianza mundial en favor de las mujeres, los niños y los adolescentes-, da la voz de alarma sobre la "emergencia silenciosa" del parto prematuro, cuya magnitud y gravedad no se han reconocido durante mucho tiempo, y que está impidiendo avanzar en la mejora de la salud y la supervivencia de los niños.
El informe incluye estimaciones actualizadas de la OMS y Unicef, preparadas con la London School of Hygiene and Tropical Medicine, sobre la prevalencia de los nacimientos prematuros. En general, constata que las tasas de nacimientos prematuros no han cambiado en ninguna región del mundo en la última década, con 152 millones de bebés vulnerables nacidos "demasiado pronto" entre 2010 y 2020.
"Este nuevo informe muestra que el coste de la inacción durante la última década fue de 152 millones de bebés nacidos demasiado pronto. Aunque algunas regiones se ven más afectadas, el nacimiento prematuro amenaza el progreso sanitario en todos los países", ha lamentado la directora del Centro de Salud Materna, Adolescente, Reproductiva e Infantil de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Joy Lawn.
Los nacimientos prematuros son actualmente la principal causa de mortalidad infantil, y representan más de 1 de cada 5 de todas las muertes de niños que se producen antes de cumplir los 5 años. Los supervivientes de un parto prematuro pueden sufrir consecuencias sanitarias de por vida, con una mayor probabilidad de discapacidad y retrasos en el desarrollo.
"Tras cada muerte prematura hay un rastro de pérdida y angustia. A pesar de los muchos avances que el mundo ha logrado en la última década, no hemos avanzado en la reducción del número de bebés pequeños que nacen demasiado pronto ni en evitar el riesgo de que mueran", ha expresado el director de Salud de Unicef, Steven Lauwerier, que ha calificado el balance como "devastador".
DIFERENCIAS DE SUPERVIVENCIA POR REGIÓN, RENTA Y RAZA
Partiendo de un informe histórico sobre el tema publicado en 2012, este nuevo estudio ofrece una visión global de la prevalencia de los nacimientos prematuros y su profundo impacto en las mujeres, las familias, las sociedades y las economías.
Con demasiada frecuencia, el lugar donde nacen los bebés determina si sobreviven. El informe señala que solo 1 de cada 10 bebés extremadamente prematuros (<28 semanas) sobrevive en los países de renta baja, frente a más de 9 de cada 10 en los países de renta alta.
"Las enormes desigualdades relacionadas con la raza, la etnia, los ingresos y el acceso a una atención de calidad determinan la probabilidad de nacimiento prematuro, muerte y discapacidad, incluso en los países de ingresos altos", apuntan las entidades firmantes del documento.
El sur de Asia y el África subsahariana registran las tasas más elevadas de nacimientos prematuros, y los bebés prematuros de estas regiones se enfrentan al mayor riesgo de mortalidad. En conjunto, estas dos regiones registran más del 65 por ciento de los nacimientos prematuros del mundo.
El informe también destaca que los efectos de los conflictos, el cambio climático y los daños medioambientales, la Covid-19 y el aumento del coste de la vida están incrementando los riesgos para las mujeres y los bebés en todas partes.
Por ejemplo, se calcula que la contaminación atmosférica contribuye a 6 millones de nacimientos prematuros al año. Casi 1 de cada 10 bebés prematuros nace en los 10 países más frágiles afectados por crisis humanitarias, según un nuevo análisis del informe.
Los riesgos para la salud materna, como el embarazo en la adolescencia y la preeclampsia, también están estrechamente relacionados con los nacimientos prematuros. Esto subraya la necesidad de garantizar el acceso a los servicios de salud sexual y reproductiva, incluida una planificación familiar eficaz, con una atención de alta calidad durante el embarazo y en el momento del parto.
SE NECESITA MÁS INVERSIÓN
En la última década también ha crecido el activismo comunitario en torno a la prevención del parto prematuro y la mortinatalidad, impulsado por redes de padres, profesionales de la salud, el mundo académico y la sociedad civil, entre otros. En todo el mundo, los grupos de familias afectadas por partos prematuros han estado a la vanguardia de la defensa del acceso a una mejor atención y del cambio de políticas, así como del apoyo a otras familias.
En vísperas de la Conferencia Internacional sobre la Salud de la Madre y el Recién Nacido, que se celebrará en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) del 8 al 11 de mayo, la OMS, UNICEF, UNFPA y PMNCH piden algunas medidas para mejorar la atención a las mujeres y los recién nacidos y mitigar los riesgos de los nacimientos prematuros.
En primer lugar, reclaman un aumento de las inversiones, tanto internacionales como nacionales, para optimizar la salud materna y neonatal, garantizando que se preste una atención de alta calidad cuando y donde se necesite.
"Nuestra próxima generación depende de que todos actuemos ahora: la inversión puede no ser pequeña, pero los beneficios de esta inversión serán importantes para todos los países", ha apuntado la directora del Centro de Salud Materna, Adolescente, Reproductiva e Infantil de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
También es necesaria una aplicación acelerada de las políticas nacionales establecidas para la atención materna y neonatal; así como una integración intersectorial. Con esto último, se refieren a promover la educación a lo largo del ciclo vital; apoyar inversiones económicas más inteligentes, con cofinanciación entre sectores; reforzar las respuestas de adaptación al clima a lo largo del ciclo vital; y avanzar en la coordinación y resiliencia de los sistemas de emergencia.
Por último, apuestan por una innovación impulsada localmente; esto es, invertir en innovación e investigación a nivel local para mejorar la calidad de la atención y la equidad en el acceso.
"Garantizar una atención de calidad a estos bebés más pequeños y vulnerables y a sus familias es absolutamente imprescindible para mejorar la salud y la supervivencia infantiles. También es necesario avanzar para ayudar a prevenir los nacimientos prematuros, lo que significa que todas las mujeres deben poder acceder a servicios sanitarios de calidad antes y durante el embarazo para identificar y gestionar los riesgos", ha apostillado la doctora Anshu Banerjee, directora de Salud de la Madre, el Recién Nacido, el Niño y el Adolescente y Envejecimiento de la OMS.