MADRID 14 Dic. (EUROPA PRESS) -
El hecho de que la mortalidad por enfermedades infecciosas suela ser mayor en hombres tiene una explicación más allá de las diferencias sexuales en el sistema inmunitario, según se desprende de un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Londres (Reino Unido), que observa que son los patógenos quienes pueden preferir infectar más a los hombres.
El estudio, que ha sido publicado en 'Nature Communications', se basa en un modelo epidemiológico que demuestra que las poblaciones víricas pueden evolucionar de tal forma que perjudiquen más al hombre que a la mujer. Sus resultados revelan que el virus linfotrópico de células T humanas de tipo 1 (HTLV-1), asociado a la leucemia en humanos, ataca menos a las mujeres cuando estas favorecen la transmisión a sus hijos durante el parto o la lactancia.
"Hemos elaborado un modelo matemático epidemiológico para poder determinar en qué condiciones la selección natural favorece patógenos que son más o menos virulentos en mujeres y hombres, y los resultados los hemos aplicado al interesante caso del virus HTLV-1", explica a Sinc el investigador español Francisco Úbeda, autor del estudio junto al profesor Vincent Jansen de la escuela Royal Holloway.
Este virus, que provoca una leucemia llamada linfoma de células T del adulto (ATL), afecta a los habitantes del Caribe y Japón, pero de forma diferente. En el Caribe los hombres y mujeres portadores tienen la misma probabilidad de desarrollar leucemia. Sin embargo, según recoge Sinc, en Japón, los hombres infectados tienen entre 2 y 3,5 veces más posibilidades de desarrollar este cáncer de sangre.
"Esta diferencia tan drástica había llamado la atención de la comunidad científica y era difícil de explicar simplemente como una diferencia del sistema inmunitario entre hombres y mujeres; así que, en lugar de centrarnos en el punto de vista del portador, hemos considerado la perspectiva del virus", añade Úbeda.
La investigación ha demostrado que la selección natural favorece a los HTLV-1 menos virulentos con las mujeres -- que tienen menos posibilidad de desarrollar leucemia en este caso -- que con los hombres en sociedades en las que hay una mayor transmisión de madre a hijos durante el parto y la lactancia".
"De esta forma aumentan sus posibilidades de ser transmitidos a la siguiente generación durante el embarazo, el nacimiento y la infancia", subraya Úbeda, quien cree que "es muy probable que este comportamiento virulento específico del sexo esté sucediendo a muchos otros patógenos que causan enfermedades, además de ser un excelente ejemplo de lo que el análisis evolutivo puede hacer por la medicina".